Squirt es una empresa cada vez más comprometida con el medio ambiente, y una buena muestra de ello es que cuenta con una gama de productos 100% biodegradable. Ahora, la marca sudafricana ha ido un paso más apostando por un nuevo modelo de venta con el objetivo de reducir la cantidad de plástico de un solo uso y apostar por el reciclaje de las botellas de plástico.
Chain Lube Eco Box, la solución ecológica de Squirt
Squirt Cycling Products ha presentado de forma oficial la Chain Lube Eco Box, su propuesta para ahorrar envases de plástico y reduciro así su huella de carbono. Se trata de un envase de 5 litros diseñado para permitir que los particulares y los talleres rellenen con líquido sellante sus botes de plástico, reduciendo así la cantidad de residuos. Cada Chain Lube Eco Box puede ahorrar hasta 41 envases de plástico de 120 ml de lubricante.
La Chain Lube Eco Box es una caja fabricada de papel reciclado y es 100% reciclable, diseñada para colocarse en un mostrador de ventas o en cualquier taller de bicis. El interior cuenta con una bolsa blanda, rellena de 5 litros del líquido sellante Squirt Chain Lube, una formulación de emulsión de cera y agua, biodegradable y adecuada para todas las bicicletas y condiciones.
La nueva caja ecológica de Squirt cuenta con un grifo y una boquilla que es lo suficientemente grande como para facilitar recargas rápidas, pero es lo suficientemente pequeño como para encajar en la boca de las botellas aplicadoras de Squirt Chain Lube, asegurando recargas sin derrames. Cada caja tiene la capacidad de recargar 41 botes de 120 ml de líquido sellante.
Una de las características clave del líquido sellante Squirt Chain Lube es que no contiene PFAS. La combinación única de ceras biodegradables con la tecnología de emulsificación utilizada en la formulación, proporciona un producto muy estable y más ecológico con un efecto de lubricación duradero. Las ceras actúan como aditivos que reducen la fricción, sin los efectos negativos asociados con los químicos PFAS.
Los lubricantes tradicionales y muchos otros lubricantes para cadenas utilizan sustancias de perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS) debido a sus propiedades de baja fricción. Estos productos químicos son extremadamente resistentes a la biodegradación y se ha demostrado que se acumulan en las aguas subterráneas, en el suelo e incluso en el cuerpo humano.