A pesar de que la tecnología relacionada con las bicicletas avanza a pasos agigantados, lo cierto es que hay cosas que, para bien o para mal, nunca cambian. Una de esas cosas es la necesidad de inflar las ruedas de una bicicleta después de sufrir un pinchazo, ya sea mediante cartuchos de aire comprimido o mediante el método más tradicional: la bomba de aire manual. De la combinación de ambos sistemas nace RideAir, una bomba de aire de alta capacidad y, lo mejor de todo, de funcionamiento automático.
RideAir es una peculiar bomba automática en formato bidón, capaz de albergar en su depósito de aluminio unos 20 bares de aire a presión. A diferencia de los cartuchos de aire comprimido habituales, RideAir puede rellenarse mediante un inflador convencional o mediante un compresor como los que podemos encontrar habitualmente en cualquier gasolinera, permitiéndonos disponer siempre de una generosa cantidad de aire comprimido con la que hacer frente a cualquier imprevisto.
Además de un depósito de alta capacidad, esta peculiar bomba integra un manómetro que nos indica en todo momento la cantidad de aire disponible. Un latiguillo integrado (y extensible) en la propia bomba se encarga de acoplar la misma a cualquier rueda desinflada, permitiendo reponer el aire de la misma mediante la pulsación de un cómodo botón. Como extra añadido, RideAir también cuenta con un pequeño cordón de acero de seguridad, especialmente útil para evitar que nos roben la bomba en cualquier despiste.
Compatible con válvulas Presta y Schrader, el peso aproximado de la bomba RideAir se queda en 454 gramos. Por el momento, este práctico invento busca financiación en la plataforma Kickstarter, con un precio recomendado de $70 (unos 61,50 euros al cambio) para su salida al mercado, prevista para enero de 2016.
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