La mayoría de horquillas para bicicletas, normalmente a partir de la gama media de los distintos fabricantes, cuentan con un dial que permite ajustar el rebote de la suspensión. Este dial se suele encontrar situado en la zona inferior de alguna de las botellas de la horquilla, más habitualmente en la botella derecha, con ajuste de giro que va de cerrado a abierto pasando por toda una serie de puntos intermedios.
El rebote de la suspensión es muy sencillo de ajustar y básicamente sirve para controlar la velocidad con la que la horquilla recupera su posición después de comprimirse. Cuanto más se cierra el dial de ajuste, más lenta es la descompresión del cartucho hidráulico, mientras que en el lado opuesto, con el dial más abierto, más rápido vuelve la horquilla a su posición inicial tras un bache.
¿Qué rebote es mejor? Igual que el ajuste del SAG, todo depende del peso del ciclista y de la forma de rodar. Un rebote demasiado lento puede hacer que la horquilla se comprima cada vez más en un paso repleto de baches perdiendo eficacia en la absorción, mientras que un rebote demasiado rápido puede ocasionar una pérdida de control de la dirección en según qué situaciones.
A modo de ajuste básico, la mejor opción es situar el dial en su posición intermedia y, con ayuda de un bordillo o escalón, comprobar cómo se comprime y extiende la suspensión. Lo ideal es encontrar un punto que permita a la horquilla recuperar su posición de forma rápida y suave, sin movimientos bruscos. Otro apunte a tener en cuenta es que para rutas con firmes muy irregulares, un rebote rápido funciona mejor que un rebote lento, mientras que en rutas sobre terrenos planos, un rebote más lento es el más indicado.