Hace muchos años, cuando las bicicletas de montaña eran simplemente eso, bicicletas de montaña, y las palabras All Mountain, Enduro o Trail sonaban más a chino que a disciplina de Mountain Bike, los manillares de prácticamente todos los modelos solían compartir una misma longitud que por lo general estaba por debajo de los 600 milímetros de ancho. A día de hoy, con bicicletas cada vez más diferenciadas según la disciplina a la que van destinadas, los manillares se han ido ensanchando, siendo lo más habitual rodar con manillares de entre 650 y 750 milímetros de extremo a extremo. ¿Cómo afecta la longitud del manillar a la bicicleta? ¿Y al ciclista?
La longitud del manillar
La evolución geométrica de las bicicletas y la aparición de modelos cada vez más específicos para una u otra disciplina han sido los principales culpables del crecimiento de los manillares. Los manillares anchos, tradicionalmente empleados en el mundo del descenso donde la geometría de las bicicletas 'invitaba' a ello gracias a un ángulo de dirección más afilado y un tubo de dirección más corto, se han extendido al resto de disciplinas debido esta misma razón: geometrías cada vez más versátiles, con ángulos de dirección más relajados, cuadros más largos y triángulos traseros más cortos para equilibrar el rendimiento tanto cuesta arriba como cuesta abajo.
¿Por qué ensanchar el manillar? Teóricamente, para conseguir una mayor estabilidad en la dirección con menos esfuerzo gracias a una mayor palanca, sobre todo en tramos técnicos especialmente rápidos. Otra ventaja añadida es que, con un manillar más ancho, la posición adoptada por el ciclista expande la caja torácica, permitiendo así una mejor función pulmonar. Teorías aparte, la propia forma de rodar del ciclista, los tipos de ruta por los que se rueda y la constitución física de la persona (véase longitud de brazos y anchura de hombros) son los que realmente determinan el ancho de manillar que cada cual necesita.
Pese a que la tendencia es montar manillares cada vez más anchos, también es cierto que la gran mayoría de manillares traen unas marcas de corte en sus extremos. Esto se debe a que cada ciclista es un mundo y, de la misma forma que ajusta la altura del sillín a su estatura o elige la talla correcta de cuadro, también tiene la posibilidad de cortar (o no) el manillar de acuerdo a sus necesidades.
¿Cómo encontrar la longitud del manillar ideal? Se trata de una cuestión muy personal, por lo que no hay una regla escrita. Como norma general, para rodar en pistas técnicas rápidas una mayor anchura es mejor, mientras que para rodar en pistas ratoneras estrechas, lo más idóneo es un manillar más corto por su mayor reactividad. También hay que tener en cuenta la constitución física del ciclista, ya que a menor anchura de hombros o longitud de brazos se hace necesario acortar la longitud, y viceversa. La mejor opción es partir de un manillar ancho y, con ayuda de unos puños de tipo lock-on (fijación por tornillo), ir probando en diferentes rutas desplazando los puños hasta encontrar la posición ideal para, posteriormente, cortar el manillar (si es necesario) en la medida que más cómoda resulte a cada ciclista.