Los portabidones para bicicletas, normalmente fijados al cuadro mediante dos tornillos, no son elementos a los que se les preste demasiada atención. Sin embargo, tienen la curiosa costumbre de dejar marcada la superficie del cuadro tras llevar mucho tiempo instalados, así como de vibrar al compás del terreno por el que se rueda dependiendo de su diseño y material de fabricación. Para evitar estos problemas, una solución extremadamente sencilla a la par que ingeniosa es montar un par de juntas de goma, de las que se utilizan para dar estanqueidad a circuitos hidráulicos de todo tipo, a modo de espaciadores.
El procedimiento a seguir es muy sencillo. Basta con desenroscar el portabidón del cuadro, introducir una junta del tamaño adecuado en el extremo roscado de cada tornillo y volver a instalar el portabidón apretando ambos pernos en su justa medida. Una solución sencilla, práctica y con un peso adicional inapreciable, favorecida más si cabe por la amplia variedad de tamaños de juntas disponible en cualquier centro de bricolaje.
¿Para que sirve separar el portabidón del cuadro de la bicicleta? Principalmente, para evitar rozaduras y facilitar la limpieza, previniendo de este modo la acumulación de residuos entre ambas partes. Por otro lado, las juntas de goma actúan como diminutos amortiguadores, minimizando las vibraciones que pueden trasladarse al portabidón, además de sellar la rosca de los orificios de fijación y evitar su oxidación.