¿Por qué pierden potencia los frenos? Existen diferentes motivos, pero salvo que se trate de algún problema mecánico, suele ser debido a un sobrecalentamiento de los discos y pinzas de freno. La mejor manera de no sobrecalentar unos frenos de disco es utilizarlos de forma moderada, aunque eso no siempre es posible y más teniendo en cuenta que las bicicletas más modernas invitan a rodar muy rápido. A la hora de superar tramos técnicos o de realizar un descenso prolongado con gran desnivel, los frenos de una bicicleta deben actuar con el 100% de eficacia pese a estar bajo unas condiciones de uso casi continuo.
El sobrecalentamiento de los frenos
El primer paso a probar es cambiar el compuesto de las pastillas de freno que se utilizan habitualmente. Las pastillas de freno suelen estar disponibles en tres compuestos diferentes: orgánicos, sinterizados y metálicos. Las pastillas metálicas son las que proporcionan una mayor durabilidad y resistencia a las altas temperaturas, pero también son las que transfieren más calor a la pinza y el disco a la hora de frenar. Cambiar a sinterizadas de calidad o, según las preferencias de cada usuario, a pastillas orgánicas, mejora la disipación de calor en los frenos de forma instantánea.
La segunda opción es montar pastillas de freno con disipador de calor integrado. Ciertos fabricantes como Shimano con sus Ice Tech o marcas como Alligator ofrecen una gama de pastillas de freno que incorporan un pequeño radiador de aluminio diseñado para reducir la temperatura de los frenos en un uso intensivo.
Cuando los dos consejos anteriores no son suficientes, la opción más lógica pasa por cambiar el disco de freno montado por otro de mayor diámetro siempre que sea posible. A mayor diámetro de disco, mayor superficie para disipar el calor y menor requerimiento de potencia para frenar. La única limitación de esta solución viene dada por la compatibilidad del cuadro y de la horquilla con el diámetro de disco que se quiera montar, aunque en el mercado existen multitud de adaptadores para todo tipo de configuraciones distintas.
Cuando se hace uso de pastillas de freno orgánicas y de discos de freno de un diámetro generoso (180 mm en adelante) y, sin embargo, los frenos siguen sobrecalentándose, puede ser debido a un aceite mineral en mal estado que ha perdido sus propiedades iniciales o simplemente a que el ciclista necesita unos frenos más potentes por su forma de rodar. La solución pasa por sustituir el líquido de frenos y manguitos según se requiera o, en su defecto, apostar por renovar los frenos antiguos por un modelo más potente, por ejemplo con cuatro pistones por pinza.