Las subidas son, para la mayoría de amantes del ciclismo, una parte indispensable de cualquier ruta en bicicleta. El problema es que no todos los ciclistas tienen por costumbre realizar largos ascensos de importante desnivel, por lo que a la hora de afrontar uno de ellos, suelen aparecer los problemas y las excusas. ¿Se puede mejorar en las subidas sin necesidad de entrenar meses y meses?
Mejorar en los ascensos
Afrontar una subida con éxito no es sólo cuestión de agachar la cabeza y darle a los pedales hasta que termine la agonía. Si un ascenso no se ataca como es debido, se corre el riesgo de acabar echando el pie a tierra antes de tiempo además de sufrir un importante riesgo de lesiones, por no hablar de la abrumadora vergüenza de quedar el último ante los compañeros de grupeta. Por suerte, hay tres trucos infalibles que ayudan a cualquier ciclista a mejorar en los ascensos de forma rápida.
Ritmo suave y constante
A la hora de afrontar un ascenso, hay que mantener un ritmo suave y constante con un desarrollo que siempre permita bajar un par de piñones para apretar un poco más. Si se realiza un ascenso empleando todas las fuerzas desde el inicio del mismo, lo más probable es que a mitad de la subida las piernas comiencen a flaquear ante el esfuerzo. Una vez se echa el pie a tierra, el ácido láctico se acumula con mayor rapidez en las fibras musculares, resultando prácticamente imposible volver a pedalear para coronar la cima.
Posición sobre el sillín
Lo más efectivo a la hora de superar un ascenso importante es permanecer sentado sobre el sillín, a ser posible lo más cerca de la punta para tener un mayor apoyo en el manillar y la máxima eficacia de pedaleo. Si el ascenso es muy prolongado, se puede alternar entre la posición de sentado o de pie, esta última en menor medida pero muy útil para aliviar la presión de las partes blandas y para evitar que la bicicleta se desacelere en los tramos con mayor desnivel.
Dividir el ascenso en tramos
El factor psicológico juega un papel muy importante en el rendimiento de un ciclista. Mirar hacia delante y solo ver una interminable cuesta arriba puede derrotar anímicamente a cualquiera, por lo que es necesario recurrir a un truco mental muy efectivo: dividir el ascenso en tramos imaginarios no demasiado largos, e ir fijando la meta en el final de cada uno de estos tramos. Al dividir un ascenso prolongado en diferentes secciones, mentalmente resulta más fácil y se tiene la sensación de que la escalada va más rápido.