Tras la reciente aparición de una nueva serie de trampas mortales para ciclistas y senderistas en los montes gallegos de Verducido, el SEPRONA de Pontevedra ha abierto una investigación para dar con la 'persona' o 'personas' que han colocado cables a la altura del cuello y tablones con clavos enterrados en el suelo. Desde los propios perfiles de la Guardia Civil en las redes sociales se ha hecho un llamamiento a la colaboración ciudadana para erradicar este tipo de comportamiento criminal, insistiendo en que es preciso comunicar inmediatamente al SEPRONA cualquier tipo de trampa encontrada en el monte.
Al parecer, los montes gallegos son muy dados a este tipo de fechorías. Hace apenas un par de meses, un vecino de Vigo sufrió una grave lesión de médula mientras practicaba ciclismo de montaña al impactar contra una piedra de grandes dimensiones que fue colocada en el punto de caída justo después de una rampa de salto; incomprensiblemente, en un circuito por el que bajan cientos de ciclistas cada semana. Ahora, los temidos cables asesinos (un cable de acero cruzado de árbol a árbol) vuelven a ser noticia tras hacer aparición en los senderos de la zona de Verducido.
Según publica el diario La Voz de Galicia, José Carlos Morgade, secretario de la mancomunidad de montes de Pontevedra, ha dejado muy claro que se trata de actuaciones "extremas que se deben rechazar". No obstante, también ha precisado que "hay quienes creen que pueden andar por los montes con motos, con quads y con bicicletas. Tienen que entender que los propietarios no tienen la obligación de mantener las pistas como si fueran vías públicas, ya que no lo son; son pistas de servicio para propietarios"... ¿Un auténtico lobo con piel de cordero?
Como ya hemos dicho y como volveremos a repetir hasta la saciedad, cuando se opta por poner puertas al campo, los dueños o comunidades de estos montes de uso privado deben tener la necesaria obligación de señalizar su propiedad y, en caso de no permitir el acceso, de acotar todo el recinto, cueste el dinero que cueste. Si se eligen las trampas mortales como 'medio' intimidatorio para los deportistas que frecuentan la zona, estos ASESINOS deben tener muy claro que la cárcel será su próximo hogar, a poder ser con un cariñoso compañero de celda.
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