Ya sea por simple casualidad o por indignante alevosía, todo parece indicar que la temporada de caza en España viene acompañada de la aparición de numerosas y cada vez más frecuentes trampas para ciclistas. En esta ocasión, la zona afectada se sitúa en Cataluña, y más concretamente en las rutas de montaña que discurren por los alrededores de los municipios de L'Ametlla del Vallès y de La Garriga, según denuncia en su perfil de Facebook la usuaria Verónica García.
Al parecer, un familiar de Verónica salió a rodar por la zona de L'Ametlla y se encontró con un temible y peligroso cable de acero cruzado en el camino. Huelga decir que este municipio catalán, así como otros situados en los alrededores, son muy frecuentados por ciclistas de montaña debido al abultado número de rutas disponibles en sus cercanías. Con esta nueva denuncia y tras el lógico asombro del familiar y de la propia Verónica, podemos comprobar que las trampas mortales para ciclistas no son únicamente protagonistas de los montes gallegos, ya que su presencia se extiende a todo el territorio español con alarmante frecuencia.
Tal y como comentamos en una de las últimas publicaciones relacionadas con estas trampas mortales para deportistas, ante la presencia o encuentro de una de estas fechorías debemos avisar inmediatamente a las autoridades competentes de la zona para que tengan constancia del suceso y, con suerte, se abra una investigación en busca de los culpables de tal barbarie.
Si tenemos la desgracia de encontrarnos con una de estas trampas, no debemos dudar ni un segundo en denunciar su presencia mediante todos los medios disponibles a nuestro alcance, tomando fotografías de la zona en cuestión si es posible y avisando (además de a las autoridades) a compañeros, amigos, familiares, clubes e incluso medios como TodoMountainBike de la presencia de estas trampas. Sólo mediante la denuncia y difusión de este tipo de actos delictivos podremos acabar con ellos o, al menos, sentar a más de algún asesino en potencia en el banquillo de un tribunal. Precaución ahí fuera, queridos ciclistas...