La felicidad, ese estado emocional tan deseado como escurridizo, ha sido tradicionalmente objeto de reflexión filosófica, pero ahora también entra con fuerza en el terreno de la ciencia empírica. Un proyecto conjunto entre Garmin y académicos de las universidades de Harvard y Oxford busca responder una de las preguntas más ambiciosas de la psicología moderna: ¿puede cuantificarse la felicidad?

Cómo la tecnología puede contribuir al bienestar humano
El Estudio de Salud y Felicidad, presentado oficialmente en el Foro de la Felicidad de Lugano (Suiza) en junio de 2024, ha superado ya su fase piloto y se prepara para abordar una etapa de mayor envergadura. Con más de 10.000 participantes previstos en su nueva fase, el objetivo es recabar datos fisiológicos y emocionales a través de dispositivos Garmin y teléfonos móviles. A partir de ahí, los investigadores esperan identificar patrones que permitan relacionar hábitos diarios con estados de bienestar subjetivo.
Durante la fase inicial, los resultados arrojaron vínculos significativos entre factores como el descanso nocturno, el nivel de actividad física y el equilibrio emocional. Según los primeros análisis, los individuos que dormían bien y practicaban ejercicio con regularidad reportaban mayores niveles de felicidad y menores índices de estrés. Estos datos, recopilados mediante sensores integrados en relojes inteligentes de Garmin, fueron respaldados por encuestas diarias que medían el estado emocional de los participantes y sus actividades inmediatas previas.
El estudio también halló diferencias relacionadas con la edad: los adultos mayores tendían a mostrar una mayor estabilidad emocional, mientras que los jóvenes presentaban una mayor variabilidad en sus estados de ánimo. Por otro lado, las actividades sociales y culturales, así como el tiempo compartido con amigos y familiares, aparecieron como grandes impulsores de la felicidad.
Una característica destacable del estudio es su alta tasa de retención. El compromiso de los participantes sugiere que estos valoran positivamente la oportunidad de monitorizar sus emociones en tiempo real, un factor que no suele ser común en estudios longitudinales de este tipo.
Desde el punto de vista tecnológico, Garmin actúa como colaborador exclusivo de dispositivos wearables. Su papel no se limita a facilitar relojes inteligentes, sino que incluye una integración directa con la plataforma de investigación mediante API y SDK, lo que permite una recopilación de datos fluida y en tiempo real. Según Susan Lyman, vicepresidenta de ventas y marketing de Garmin, esta colaboración representa un paso adelante en la comprensión de cómo la tecnología puede contribuir al bienestar humano.
La investigación está siendo dirigida por expertos de la Escuela de Gobierno Kennedy y la Escuela de Salud Pública T.H. Chan, ambas pertenecientes a Harvard, junto con el Centro de Investigación del Bienestar de Oxford y otras instituciones académicas. El enfoque multidisciplinar del estudio, que combina sociología, medicina, psicología y ciencia de datos, busca generar conocimiento útil para diseñar mejores políticas públicas y productos que favorezcan la salud mental.
La metodología empleada es especialmente rigurosa. Tres veces al día, los participantes reciben encuestas en sus teléfonos móviles donde se les pregunta por su nivel actual de felicidad y las circunstancias recientes. Estos datos subjetivos se contrastan con la información fisiológica recogida por los sensores de los relojes inteligentes, permitiendo una correlación precisa entre emociones, comportamiento y estado físico.
Micah Kaats, investigador principal del proyecto en Harvard, destaca que la combinación de tecnología avanzada y una base de usuarios comprometidos convierte a Garmin en un socio estratégico ideal. A través de este estudio, los investigadores esperan superar los desafíos habituales de reclutamiento y continuidad en proyectos similares y, sobre todo, desentrañar los factores clave que determinan el bienestar en la vida cotidiana.
El Estudio de Salud y Felicidad sigue abierto a nuevos voluntarios, lo que no solo ampliará la muestra demográfica, sino que permitirá representar mejor las variaciones culturales en la percepción de la felicidad. En un momento donde la salud mental ocupa un lugar central en el debate público, esta investigación se posiciona como un referente prometedor para entender, desde la ciencia, qué nos hace verdaderamente felices.