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¿Qué pasaría si las ciudades europeas ampliasen sus redes de carril bici? 10.000 muertes prematuras menos al año

Un estudio liderado por el ISGlobal concluye que se evitarían más de 10.000 muertes prematuras al año con una ampliación de la red de carriles bici en las ciudades europeas.

Más de 10.000 muertes prematuras evitadas al año con una ampliación de la red de carriles bici en las principales ciudades europeas. Con este dato tan contundente concluye un estudio publicado en Preventive Medicine que asocia la longitud de la red de vías ciclistas con el tipo de transporte elegido y los beneficios para la salud, analizando los datos recogidos en 167 ciudades europeas. El mensaje es claro: "Sacar a las personas de los coches sería lo más adecuado para mejorar la salud y el bienestar en las ciudades europeas".

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Carriles bici para vivir más y mejor

El estudio, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), forma parte del Proyecto PASTA (Physical Activity through Sustainable Transport Approaches) financiado por la Unión Europea; un proyecto destinado a mostrar cómo el fomento de la movilidad activa (es decir, caminar y montar en bicicleta) puede conducir a una población más sana y físicamente activa, ahorrando dinero y, lo que es más importante, mejorando la vida de las personas. Según explica Natalie Mueller, investigadora de ISGlobal: "Es el primer estudio que evalúa las asociaciones potenciales entre la longitud de la red de carriles bici, el tipo de transporte seleccionado y los impactos asociados en la salud en ciudades europeas".

En las diferentes estimaciones que los investigadores han determinado con el estudio de los datos de 167 ciudades europeas, los mayores beneficios para la salud se han basado en el supuesto de que las ciudades dispongan de carriles bici en todas las calles. En este caso, Londres podría evitar hasta 1.210 muertes prematuras al año, seguida de Roma (433 muertes prematuras al año) y Barcelona (248 muertes prematuras al año). También se ha estimado que, con solo un incremento del 10% en la infraestructura ciclista de las ciudades, se aumentaría significativamente el uso de bicicleta y se evitarían 21 muertes prematuras en Roma, 18 en Londres y 16 en Barcelona.

El impacto económico de la ampliación de las vías ciclistas también ha sido un factor analizado en el estudio, comparando el coste de la ampliación de las redes de vías ciclistas con los beneficios económicos estimados de la mortalidad prematura evitable. Los resultados han mostrado que la mejor relación coste-beneficio se conseguiría con un aumento del 10% en la red de vías ciclistas, logrando un ratio de beneficios por euro gastado de hasta 70 a 1 en el caso de Roma, 62 a 1 en Zúrich y 35 a 1 en Barcelona. "Sacar a las personas de los coches produce grandes beneficios para la salud. Una combinación de medidas que hagan que el coche resulte poco atractivo y políticas centradas en convertir el transporte público y la bicicleta en medios más atractivos sería lo más adecuado para mejorar la salud y el bienestar en las ciudades europeas", concluye la investigadora Natalie Mueller.