Las pruebas de esfuerzo no son nada nuevo en el mundo de la alta competición, y de hecho es un requisito obligatorio para todos los deportistas profesionales. Sin embargo, a nivel amateur hay mucho desconocimiento sobre el tema o, peor aún, indiferencia acerca de su utilidad, un error que puede costar vidas tal y como se viene viendo en las últimas noticias de fallecimientos por muerte súbita entre deportistas principiantes.
Qué es una prueba de esfuerzo
Básicamente, se trata de un test estandarizado que, mediante un riguroso control médico, sirve para valorar el estado físico de una persona. Este tipo de pruebas se suele realizar sobre una cinta o bicicleta estática y tiene una duración aproximada de 15 minutos, realizándose en ese lapso de tiempo un esfuerzo físico que va de menor a mayor intensidad hasta que la persona ya no puede continuar.
Obviamente, el esfuerzo sin control no sirve de nada, por lo que durante toda la prueba el deportista tiene monitorizados tanto su ritmo cardíaco como su respiración. Gracias a los datos aportados por estos dos monitores, los especialistas pueden analizar los cambios de ritmo en el corazón y el consumo de oxígeno y dióxido de carbono, entre otros datos.
Para qué sirve una prueba de esfuerzo
Además de para evaluar el estado físico de una persona, una prueba de esfuerzo desvela datos muy interesantes que ayudan a desarrollar un plan de entrenamiento específico que pueda potenciar los aspectos más flojos de un deportista. Entre estos datos destacan la frecuencia cardíaca máxima real de la persona, muy útil para calcular el porcentaje de pulsaciones a la hora de realizar entrenamientos basados en intensidad de la FCM; y el VO2Max, que es el consumo máximo de oxígeno que el cuerpo puede procesar y sirve para evaluar el nivel de resistencia.
Otros dos datos muy interesantes de cara a la preparación de los entrenamientos son el umbral aeróbico (VT1) y umbral anaeróbico (VT2). Con el primero, el deportista conoce cuántas pulsaciones y a qué velocidad está utilizando su metabolismo aeróbico de forma mayoritaria, mientras que con el segundo, se averigua cuál es el punto exacto donde comienza a aparecer la fatiga y la acumulación de ácido láctico.
Cuándo y dónde se hace una prueba de esfuerzo
Las pruebas de esfuerzo se realizan en centros médicos especializados en medicina deportiva o tecnificación del deporte, con un precio que no suele ser muy alto. El cuándo realizarla es algo personal, pero a nivel principiante y sobre todo si se suelen realizar esfuerzos notables en cualquier deporte, lo más recomendable es hacerse como mínimo una prueba anual para que la persona conozca cuál el su estado físico real y, por tanto, los límites que no debe superar y los aspectos que debe entrenar para mejorar.