En mayo de 2018, la Comisión Europea (el órgano ejecutivo encargado de proponer la legislación, la aplicación de las decisiones y la defensa de los tratados de la Unión Europea) propuso la modificación de la directiva sobre el seguro de vehículos de motor contemplando la necesidad de un seguro obligatorio para bicicletas eléctricas, patinetes eléctricos, vehículos de conducción autónoma y otros casos no incluidos en la antigua directiva. Tras unos meses de deliberación, el Parlamento Europeo ha rechazado la mencionada propuesta.
La Comisión Europea pretendía otorgar a los países miembros de la Unión Europea la posibilidad de decidir sobre la obligatoriedad de un seguro en vehículos como las bicicletas o los patinetes eléctricos, sin distinciones de ningún tipo. El problema es que, en el caso de las bicis eléctricas, estas se dividen en dos tipos: las denominadas Pedelec, que están asistidas por un motor eléctrico que solo funciona cuando el ciclista pedalea y además, no supera los 0.25 Kw de potencia nominal (250W) y limita la asistencia hasta 25 km/h de velocidad; y las que no cumplen con lo anterior, consideradas a todos los efectos como ciclomotores.
Por fortuna, el Parlamento Europeo ha rechazado la propuesta inicial al considerarla desproporcionada, atendiendo que dicha modificación de la directiva incluía a las bicicletas eléctricas de tipo Pedelec en la misma categoría que los vehículos a motor, algo a todas luces descabellado. Por otro lado, imponer un seguro obligatorio para todos las bicicletas eléctricas supondría un importante freno al crecimiento de este sector de la industria ciclista, en pleno auge y con vistas a un futuro todavía más prometedor.