Puede que las personas ajenas al ciclismo no lo sepan, pero lo cierto es que los ciclistas llevamos comiendo bichos toda la vida y, hasta la fecha, nadie nos había dicho que se trataba de una práctica saludable. Por suerte, a partir del 1 de enero de 2018, la Unión Europea estrena una nueva regulación en la que los insectos son considerados alimentos y, por tanto, se abre la veda para que todas las empresas que así lo deseen comiencen a comercializar en los países de la UE sabrosos y saludables snacks de insectos listos para el consumo humano.
¿Son los insectos algo nuevo en la dieta de los europeos? Para nada. En países como Bélgica, Reino Unido, Holanda, Austria, Dinamarca y Finlandia, ya hay empresas dedicadas a elaborar alimentos basados en estos incomprendidos bichos de la naturaleza. Fazer, un fabricante finlandés de pan, fue una de las primeras empresas europeas que introdujo insectos en su catálogo de productos, concretamente en unos bollos de pan elaborados con harina de grillo que presumen de un mayor contenido en proteína y vitamina B12 con respecto a los bollos tradicionales.
En España, la empresa Insectfit será la encargada de estrenarse en esta novedosa vertiente de la industria alimentaria comercializando productos elaborados con insectos; en un primer momento pasta, harina y barritas de harina de grillo pero con la vista puesta en desarrollar una gran gama de productos derivados de estos y otros insectos.
Según explican los responsables de Insectfit, los grillos así como otros insectos necesitan muchos menos recursos que la ganadería tradicional para desarrollarse y aportan, introducidos en la dieta, más del doble de proteína que la carne de res incluyendo los nueve aminoácidos esenciales, cinco veces más magnesio que la carne, tres veces más hierro que las espinacas, dos veces más calcio que la leche y diez veces más vitamina B12 que la carne de salmón.