Casi todas las grupetas ciclistas comparten un hábito en común: para a almorzar en algún lugar para, posteriormente, seguir con la ruta (o regresar a casa) con la barriga bien llena. Esta parada para reponer fuerzas forma parte de la cultura ciclista y es, para muchos, una de las grandes razones para salir en bici. El problema es que, a veces, estos almuerzos también se riegan con alcohol.
Un par de cervezas, suficiente para dar positivo
El hecho de que los ciclistas circulen sobre una bicicleta no les exime de cumplir con la normativa de tráfico pertinente, y mucho menos con la relacionada con el consumo de alcohol. Igual que cualquier conductor, un ciclista puede ser parado en un control de alcoholemia y, en caso de dar positivo, ser sancionado, sin pérdida de puntos en el permiso de conducir, pero sí con una cuantiosa multa.
La Ley de Tráfico vigente en España prohíbe completamente el consumo de alcohol para todos los conductores menores de 18 años que manejen ciclomotores, cuadriciclos, vehículos AM, bicicletas, y vehículos de movilidad personal como patinetes. Esto quiere decir que en caso de someterse a un control de alcoholemia, la máxima tasa permitida es 0,0.
Para el resto de conductores (y ciclistas), la tasa máxima permitida es de 0,5 gramos por litro en sangre o una tasa de 0,25 miligramos por litro en aire espirado. Hay una excepción, la de los conductores noveles con menos de dos años de antigüedad en el carnet y la de los conductores profesionales, que no pueden superar una tasa de 0,3 g/l de alcohol en sangre o de 0,15 mg/l en aire espirado.
Conociendo los límites de alcohol en sangre permitidos por la DGT para conductores y ciclistas, vale la pena hacer hincapié en que factores como el peso, la edad, la hora en la que se toma, la velocidad a la que se consume, o las comidas que se hayan ingerido previamente influyen notablemente en la tasa que un individuo puede arrojar si se somete a un control de alcoholemia.
Dice el refrán que "No hay peor ciego que el que no quiere ver"... y nosotros creemos que no hay peor conductor que el que quiere conducir después de beber.
— Guardia Civil (@guardiacivil) July 14, 2018
Al volante márcate un 0,0 de alcohol.#ViajeSeguro en #Vacaciones2018pic.twitter.com/OEMyOcMmWO
De cualquier modo, la Guardia Civil ofrece en las redes sociales una práctica tabla donde se puede saber, a modo general, con cuántas cervezas se daría positivo. La tabla se basa en el consumo de una o varias cervezas de 330 ml con 5º de alcohol, y arroja unos resultados muy reveladores.
Un hombre de 70 kg, con dos cervezas, daría 0,6 mg/l de alcohol en aire espirado, suficiente para ser sancionado. Un hombre de 80 kg también los superaría, con 0,5 mg/l de alcohol en aire espirado, mientras que en el caso de mujeres con un peso de 50 a 60 kg, sería suficiente una sola cerveza de 330 ml y 5º de alcohol para superar el límite permitido.
Obviamente, la única y mejor recomendación es beber bebidas que no sean alcohólicas, pero una cerveza bien fresca es algo a lo que no todos los ciclistas van a renunciar. Siempre se puede optar por cervezas de tipo 0,0, o en cualquier caso, olvidarse de beber una segunda cerveza.
Como último apunte y de especial interés para todos aquellos ciclistas que han bebido un poco más de la cuenta, falta saber cuánto tiempo habría que esperar hasta que el nivel de alcohol en sangre comience a disminuir. Según la curva de Widmark, el alcohol puede empezar a detectarse en la sangre a los 5 minutos de haberlo ingerido y alcanza su pico de máximo nivel entre los 30 y 90 minutos siguientes. A partir de ese momento, comienza a desaparecer de la sangre lentamente hasta su completa eliminación.