La vasectomía es el método quirúrgico de esterilización masculina más solicitado por todos aquellos hombres que, llegados a cierto punto de su vida, deciden cerrar su fábrica de espermatozoides de forma más o menos permanente. Se trata de una de las opciones de planificación familiar más demandadas, gracias a que se trata de una operación sencilla, segura y carente de efectos secundarios. Pese a su sencillez, toda operación quirúrgica requiere de un período de recuperación y la vasectomía no es una excepción, especialmente cuando el paciente es una persona activa y desea retomar lo antes posible sus hábitos deportivos.
Después de una vasectomía
La vasectomía es un proceso quirúrgico que consiste en la sección (corte) y posterior ligadura de los conductos deferentes de los testículos, encargados de servir de vía de paso para que los espermatozoides lleguen a mezclarse con el semen. Se trata de un procedimiento muy rápido y sencillo, realizado con anestesia local, con una duración aproximada de 15 minutos tras los cuales el paciente en cuestión queda esterilizado de por vida. Vale la pena mencionar que aunque en la actualidad no hay una normativa específica para someterse a una vasectomía (salvo ser mayor de edad), suele ser necesario y aconsejable una o varias visitas previas al especialista a fin de valorar el grado de decisión y madurez del paciente.
Como cualquier otra intervención quirúrgica, tras una operación de vasectomía se requiere un período de recuperación que varía en función de la persona y de las complicaciones que puedan surgir. Como norma general, el paciente recién operado sale por su propio pie del centro médico tras la operación, con la recomendación de guardar reposo al menos durante las 12/24 horas siguientes. En la gran mayoría de hombres operados, solo es reseñable una sensación de dolor más o menos moderado, perfectamente soportable con la ingesta de analgésicos y con la aplicación de frío en la zona operada.
En el caso de tratarse de un deportista, la recuperación necesaria tras la vasectomía también es un factor variable en relación a la persona. Como norma general, hay que tener en cuenta el grado de afectación de la actividad practicada en relación a la zona operada. En el caso del ciclismo, donde es habitual que los testículos queden en contacto con el sillín de la bicicleta de forma más o menos continua, lo más recomendable es evitar pedalear durante al menos un par de semanas a fin de prevenir un aumento de la inflamación o de alargar la curación de los puntos de sutura tanto externos como internos.
En el caso de otros deportes más extremos, como por ejemplo los de contacto, el período de recuperación es más largo, del orden de entre 3 o 4 semanas e incluso más, puesto que cualquier golpe o trauma puede desencadenar serios problemas que solo sirven para alargar más aún el proceso de recuperación. En cualquier caso, la mejor manera de retomar la actividad física es hacerlo una vez que los puntos de sutura están completamente curados, de forma gradual con sesiones de intensidad muy baja los primeros días, y sobre todo consultando al especialista en caso de la aparición de dolor o de cualquier sensación de malestar.