Tras el enorme revuelo en las redes sociales causado por una vergonzosa multa impuesta a un ciclista que circulaba con una luz trasera parpadeante, la Dirección General de Tráfico se comprometió a revisar la normativa vigente en materia de sistemas de iluminación para bicicletas. Dicho y hecho, una nueva instrucción firmada de la mano de Gregorio Serrano, director de la DGT, reconoce que las luces rojas parpadeantes ayudan a mejorar la visibilidad de los ciclistas en carretera y, por tanto, no serán motivo de sanción por infracción.
El propio Gregorio Serrano ha sido el encargado de publicar a través de su perfil de Twitter la buena noticia para los ciclistas: "Hoy he firmado la Instrucción para que las luces rojas intermitentes puedan ayudar a proteger a los ciclistas en carretera. Es un colectivo vulnerable que merece toda nuestra atención. En cualquier caso, la prudencia y el cumplimiento de las normas es la mejor protección". Por supuesto, el uso permitido de luces parpadeantes no exime al ciclista de hacer uso de un producto que cumpla con las normativas técnicas pertinentes, algo que no todas las luces ofrecen (sobre todo las compradas en Aliexpress y similares).
Los beneficios de las luces diurnas en materia de seguridad no son exclusivos de los vehículos de motor. Las bicicletas equipadas con luces traseras de alto brillo son mucho más visibles para los conductores, más si se añade un patrón luminoso a modo de destello o intermitencia que compense el tamaño de la luz, mucho menor que la de cualquier otro vehículo a motor. Otra ventaja añadida de los modos de 'destello' presentes en la mayoría de focos traseros para bicicletas es que, además de ofrecer una óptima visibilidad, permiten un mayor tiempo de uso gracias a un menor consumo de la pequeña batería integrada en el foco. Con la nueva normativa de la DGT, ya no hay excusas: las luces diurnas traseras pueden salvar vidas.