En todas y cada una de las salidas que se realizan con una bicicleta siempre es recomendable equiparse con ciertos accesorios, recambios o herramientas que permitan solucionar algunos de los problemas más comunes que pueden suceder, como pinchazos o roturas de cadena. Para ello, nada mejor que hacer un repaso al equipamiento imprescindible que todo ciclista debería llevar encima antes de salir de ruta.
Una multiherramienta: es esencial para solucionar muchos de los problemas mecánicos que pueden aparecer en el momento menos deseado. Radios que se mueven, cierres que no sujetan o manillares y potencias que se tuercen en cada bache pueden ser fácilmente ajustados con una multiherramienta de calidad, a ser posible con tronchacadenas integrado y desmontables para neumáticos.
Una cámara de aire: aunque el ciclista haga uso de ruedas tubelizadas en su bicicleta, una cámara de repuesto nunca está de más. Los pinchazos son impredecibles y llegan sin avisar, ya sea tras largos meses de bonanza o de forma consecutiva salida tras salida. Además, los trozos de cámara también pueden ser muy útiles para sellar neumáticos, proteger partes del cuadro o sujetar cualquier tipo de objeto.
Un kit de reparación de pinchazos: ya se trate de un diminuto orificio en el neumático causado por un pequeño pincho o de un enorme corte en la cubierta producido por algún elemento afilado, véase una piedra o trozo de cristal roto, un kit de reparación (para tubeless o para cámara, según sea el caso) resulta imprescindible para poder continuar la ruta con garantía.
Una bomba de inflado: además de un kit de reparación para poder solucionar cualquier pinchazo, hay que disponer de algún otro accesorio para poder introducir aire en el neumático. Una pequeña bomba de inflado o un cartucho (o dos) de aire comprimido no pueden faltar en el equipo mínimo imprescindible de cualquier ciclista.
Un eslabón rápido para la cadena: la cadena de transmisión tiene la mala costumbre de romperse poco, pero siempre en el punto más remoto de una salida ciclista. La mejor solución para poder continuar con la ruta es llevar encima uno o varios eslabones rápidos de repuesto, a poder ser acompañados de una multiherramienta con tronchacadenas integrado.
Unas cuantas bridas: las bridas de plástico tienen un peso insignificante y ocupan muy poco espacio. Disponer de varias bridas puede ser la solución de múltiples problemas, entre ellos una reparación (o sujeción) de emergencia que permita recorrer unos cuantos kilómetros más hasta llegar al punto de asistencia más cercano.
Agua, bebida isotónica y alimentos: un medio de hidratación nunca debe faltar en el equipamiento básico de un ciclista. La temida pájara del ciclista no es otra cosa que una bajada de tensión inducida por una falta de hidratación, de sales minerales o de glucosa, perfectamente evitable si el ciclista se hidrata adecuadamente sobre la marcha y consume algún gel energético o alimentos fácilmente transportables como pueden ser un plátano o unas galletas.
Un teléfono móvil: los teléfonos móviles se han extendido en la sociedad hasta tal punto que incluso los niños más pequeños ya cuentan con uno propio. En el caso de los ciclistas, se trata de un accesorio que permite contactar con amigos, familiares o servicios de emergencia en caso de problemas, además de servir para cuantificar los entrenamientos, entre otros muchos usos, gracias a aplicaciones como Strava.
Mascarilla: hasta hace bien poco, incluir una mascarilla en el equipamiento imprescindible de un ciclista era una locura, pero la pandemia de la Covid-19 lo ha cambiado todo. Llevar un par de mascarillas quirúrgicas desechables o una mascarilla reutilizable de tejido técnico es a día de hoy imprescindible para prevenir el contagio del coronavirus en caso de tener que socializar con otras personas por cualquier tipo de causa.