La temida muerte súbita durante la práctica deportiva ha vuelto a llevarse una vida, en este caso la del ciclista belga Michael Goolaerts del equipo Vérandas Willems-Crelan. El suceso tuvo lugar durante la disputa de la París-Roubaix 2018, más conocida como Infierno del Norte y considerada como la clásica de las clásicas en el ciclismo de carretera. El belga, de 23 años, se desplomó de su bicicleta en el tramo que va de Viesly a Briastre y fue atendido inmediatamente por los servicios médicos de la prueba para ser evacuado posteriormente en helicóptero a un hospital de Lille, donde perdió la vida horas más tarde. ¿El motivo? Un paro cardíaco.
Michael Goolaerts tenía 23 años de edad, pesaba 80 kilos y medía 1.86 metros, unas cifras nada sospechosas para sufrir un paro cardíaco a tan temprana edad. El ciclista falleció sobre las 22:40 de la noche del 8 de abril de 2018 tras permanecer en cuidados intensivos durante muchas horas luchando por su vida. Aunque las causas del fallecimiento todavía están por esclarecerse, todo parece indicar que se trata de un caso más de muerte súbita en el deporte, un problema que viene repitiéndose desde hace muchos años y para el que la medicina todavía no tiene respuestas concluyentes.