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Entrenar por la mañana o por la tarde, ¿qué es mejor?

No hay una respuesta definitiva a la pregunta de si es mejor entrenar por la mañana o por la tarde, ya que depende de numerosos factores, pero podemos acercarnos a la mejor opción para cada persona.

Aunque hay muchos estudios al respecto, lo cierto es que ninguno de ellos es concluyente y no hay una respuesta definitiva a la pregunta de si es mejor entrenar por la mañana o por la tarde, ya que depende de numerosos factores, como las preferencias personales, el horario y la disponibilidad de tiempo, el tipo de entrenamiento y los objetivos de la persona.

Algunos estudios sugieren que entrenar por la mañana puede tener beneficios para la salud, entre ellos mejorar la calidad del sueño y aumentar la energía durante el día. Además, algunas personas encuentran que entrenar por la mañana les ayuda a establecer una rutina saludable y a ser más consistentes con su entrenamiento.

Entrenar por la mañana o por la tarde, ¿qué es mejor?
Ciclista. Foto: Mabel Amber

En el lado contrario, entrenar por la tarde puede permitirle a la persona tener más tiempo para prepararse y calentar adecuadamente antes del entrenamiento, lo que puede reducir el riesgo de lesiones y también el nivel de estrés, ya que no hay que ir con prisas. Además, también hay algunas personas que notan tener más energía y fuerza muscular durante la tarde.

Más allá de estudios científicos, la mejor hora para entrenar depende de cada persona y su estilo de vida. La única respuesta válida es encontrar el momento que funcione mejor para cada individuo y que les permita ser consistentes con su entrenamiento y alcanzar los objetivos que se haya propuesto.

Entrenar dependiendo del ritmo circadiano

Entrenar dependiendo del ritmo circadiano es una estrategia que busca aprovechar los momentos del día en los que el cuerpo está más preparado para realizar ciertas actividades, incluyendo el ejercicio. El ritmo circadiano es el reloj biológico interno del cuerpo que regula muchos procesos fisiológicos, incluyendo el sueño, la temperatura corporal y la liberación de hormonas.

Según algunos estudios, el rendimiento físico y la capacidad de recuperación pueden variar a lo largo del día, y esto podría estar relacionado con el ritmo circadiano. Por ejemplo, algunas investigaciones sugieren que el rendimiento muscular y la fuerza pueden ser mayores en la tarde o en la noche que en la mañana.

Sin embargo, otros estudios también indican que el cuerpo está más preparado para la actividad física en las horas posteriores al despertar. Esto nos lleva al punto de partida, donde más allá de resultados científicos inconcluyentes, cada persona tiene distintas necesidades y numerosos factores que la condicionan de una u otra forma.

Quizá sí que es posible que entrenar en ciertos momentos del día pueda mejorar el rendimiento y la recuperación, dependiendo del ritmo circadiano de cada persona. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los horarios de entrenamiento también dependen de las obligaciones y la disponibilidad de cada persona, y que entrenar en momentos no adecuados siempre será mejor que no entrenar en absoluto.

En conclusión, entrenar según el ritmo circadiano es una estrategia interesante para mejorar el rendimiento y la recuperación, pero no debe ser la única consideración al elegir un horario de entrenamiento. Cada persona tiene que encontrar el momento que funcione mejor para ellos en función de su estilo de vida y objetivos de entrenamiento.

Entrenar según el reloj biológico y cronotipo

Si a pesar de lo expuesto en los párrafos anteriores el lector sigue queriendo saber cuál puede ser su franja horaria más óptima para entrenar, puede basarse en su reloj biológico y cronotipo, ambos relacionados con el ritmo circadiano.

El cronotipo es la predisposición natural que cada persona tiene de experimentar picos de energía o de bajón según la hora del día, y es distinto en cada persona. Está sincronizado con el ritmo circadiano, que a su vez se manifiesta en los cambios físicos, mentales y de conducta en el ciclo diario de una persona.

En cuanto al reloj biológico, se puede decir que es el mecanismo regulador del organismo, y es el responsable de regular y producir el ritmo circadiano de cada persona. Explicado de forma mucho más simple, el reloj biológico es el que define si una persona es matutina o nocturna.

Hay tres grandes grupos de cronotipo, aunque la gran mayoría de personas se encuentra solo en uno de ellos. Por un lado las de cronotipo matutino, que son aquellas que se despiertan fácilmente por la mañana, desayunan con apetito y tienen su pico máximo de energía en las horas siguientes.

Por otro lado, las de cronotipo vespertino, que son personas a las que les cuesta mucho madrugar, desayunan mucho tiempo después de levantarse y sienten su pico máximo de energía por la tarde/noche.

El cronotipo intermedio es el más común y al que pertenece aproximadamente un 70% de la población. Son personas que ni madrugan mucho ni se acuestan muy tarde, y no tienen un pico de energía destacado a ninguna hora específica.

En base a estos cronotipos, los ciclistas matutinos pueden (y deberían) salir a entrenar por la mañana, ya que es cuando su propio reloj biológico le está marcando la mejor hora para hacerlo. Los ciclistas vespertinos deberían hacerlo por la tarde por el mismo motivo, mientras que los ciclistas de cronotipo intermedio, deben buscar el horario que mejor se adapte a su estilo de vida.