Aunque parece mentira que en pleno siglo XXI todavía queden estructuras anatómicas del ser humano por descubrir, lo cierto es que es así. Unos investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) han descubierto recientemente un conjunto ligamentoso en la parte lateral del tobillo que hasta ahora era descartado de forma habitual en las disecciones anatómicas. El hallazgo podría explicar por qué muchos esguinces de tobillo siguen doliendo meses o incluso años después de haberse producido la lesión.
En este nuevo descubrimiento anatómico, los investigadores de la UB han denominado al nuevo ligamento complejo fibulotalocalcáneo lateral, formado por dos fascículos, uno superior dentro de la articulación, y otro inferior, fuera de la articulación. Según explica Miquel Dalmau, uno de los especialistas responsables de la investigación: "Nos dimos cuenta de que unas fibras de conexión entre ligamentos eran eliminadas de forma habitual en las disecciones porque hasta ahora se pensaba que no formaban parte del ligamento".
Estudiando las mencionadas fibras descartadas habitualmente, los investigadores encontraron un nuevo ligamento que podría explicar por qué muchos esguinces de tobillo siguen presentando molestias mucho tiempo después de haberse producido: "Este hallazgo nos hace pensar que el comportamiento después de una lesión será similar al de otros ligamentos intraarticulares, como el ligamento cruzado anterior de la rodilla, que no son capaces de cicatrizar por sí solos cuando se rompen, lo que hace que la articulación quede inestable y requiera en muchos casos una intervención quirúrgica", concluye el profesor de medicina Miquel Dalmau.
Gracias a este descubrimiento, se ha podido concretar que lo que antes se trataba como un solo complejo de fibras por fuera de la cápsula articular de la zona del tobillo lateral, ahora son dos fascículos independientes: uno superior situado en el interior de la cápsula articular y otro inferior que trabaja conjuntamente en la parte del ligamento lateral del calcáneo-fibular. De ello se desprende que la parte superior, al ser una estructura intracapsular, podría no ser capaz de cicatrizar cuando ocurre una lesión, explicando la causa de todos esos dolores que acaban volviéndose crónicos en aproximadamente el 30-40% de los afectados.