A la hora de empezar a practicar algún deporte, muchas personas eligen salir a correr en lugar de otras opciones ya que es la forma más económica de ponerse en forma. Comprarse unas zapatillas de running y enfundarse un chándal es mucho más barato que tener que adquirir una bicicleta y todos los accesorios necesarios, pero ello no significa que sea lo más recomendable, sobre todo en lo relacionado a la salud de las articulaciones.
¿Correr o hacer bicicleta?
Una de las grandes pegas de salir a correr es que no es una actividad que pueda realizar todo el mundo, o al menos aquellas personas que padecen sobrepeso o tienen problemas en las articulaciones. Cuando se corre, se producen impactos muy importantes en las articulaciones de las piernas, especialmente en tobillos y rodillas, lo que lleva irremediablemente a lesiones ya sea por falta de entrenamiento o por exceso del mismo.
A diferencia de correr, montar en bicicleta no produce impactos en las articulaciones, todo lo contrario. Prácticamente el 80% del peso del cuerpo recae sobre el sillín, liberando el resto de articulaciones de carga y, por tanto, mejorando el funcionamiento de las mismas gracias a un movimiento continuo y controlado. Los propios médicos recomiendan a personas con sobrepeso la bicicleta en lugar de otra actividad por este motivo.
El dolor de espalda en otro gran problema que correr no alivia en absoluto y sin embargo, pedaleando sí que se puede encontrar una solución. Montar en bicicleta a una intensidad suave ayuda a ejercitar unos pequeños músculos de las vértebras dorsales al hacerlos trabajar constantemente durante la acción de pedaleo. Estos músculos son muy difíciles de ejercitar en cualquier otro deporte.
En resumen, correr es una actividad muy agresiva para el cuerpo, ya que cada zancada contra el pavimento o la tierra es un impacto que reciben músculos y tendones. Cuantificando este daño, se puede decir que a un ritmo medio, un corredor realiza unos 10.000 pasos por hora, lo que se traduce en 5.000 impactos en cada rodilla y tobillo y 5.000 posibilidades de lesionarse. La bicicleta, en este sentido, es mucho más saludable y la opción más recomendable para pasar de una vida sedentaria a una activa.