En la edición 2015 de la marcha Behobia - San Sebastián, un corredor de 31 años que participaba en la prueba entró en parada cardiorrespiratoria y falleció poco después en el hospital tras ser atendido por los equipos de emergencia en plena carrera. Unos días después de dicho suceso, el triatleta francés Laurent Vidal, de 31 años, fallecía en su domicilio tras sufrir un paro cardíaco, justo un año después de haber superado una arritmia que ya lo había apartado de la competición profesional.
A pesar de que el deporte es sinónimo de salud y buena forma física, la muerte súbita en los deportistas es un problema real que debemos tener muy en cuenta a la hora de practicar ejercicio físico de alta intensidad. Este tipo de muerte, producida por una parada cardíaca repentina, tiene una mayor incidencia en personas activas (deportistas) que en sedentarias, afecta a deportistas de todas las edades y suele producirse durante la práctica del ejercicio físico o inmediatamente después. La muerte súbita se produce cuando el corazón sufre una fibrilación ventricular: un trastorno del ritmo cardíaco que lleva a la pérdida total de contracción cardíaca y, por ende, a la muerte.
¿Es posible prevenir la muerte súbita? Tal y como indica su propio nombre, se trata de un fallo cardíaco repentino, en la mayoría de casos debido a una anomalía cardiovascular no detectada a tiempo. Sin embargo, es posible prevenir este problema o algún otro problema relacionado con nuestra función cardíaca mediante una prueba de esfuerzo realizada por un médico especializado. Gracias a esta prueba, especialmente importante para deportistas de cualquier edad, podemos detectar cualquier tipo de anomalía en nuestra actividad cardíaca y actuar en consecuencia.
Otros factores preventivos pasan por hacer uso de un pulsómetro durante la práctica deportiva, muy útil para conocer en todo momento el estado de nuestras pulsaciones. También debemos tener en cuenta nuestros propios límites para evitar caer en el sobreentrenamiento o en un sobreesfuerzo que lleve a nuestro corazón más allá de nuestras pulsaciones máximas durante un período prolongado. Y por último, cuidar la hidratación a la hora de realizar ejercicio y vigilar los factores externos que pueden afectar a nuestro rendimiento y salud, como las altas temperaturas o el frío intenso.