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Cómo mantener los plátanos frescos y evitar su maduración prematura

Un plátano en su punto es perfecto para obtener energía instantánea, pero uno que esté demasiado maduro puede perder parte de su sabor y textura, además de resultar menos apetecible para algunos ciclistas.

Clara Sánchez

En el mundo del ciclismo, la nutrición juega un papel fundamental en el rendimiento sobre la bicicleta. Entre las diversas opciones de alimentos que los ciclistas prefieren, los plátanos destacan por ser una fuente rápida y natural de energía. Sin embargo, mantener los plátanos en su punto óptimo de maduración puede ser todo un desafío, aunque por suerte existe una técnica sencilla y eficaz para evitar la maduración prematura de la fruta reina de los ciclistas.

Cómo mantener los plátanos frescos y evitar su maduración prematura
Plátanos. Imagen: Guilherme Machado / Pixabay

El plátano, la fruta por excelencia de los deportistas

El plátano es un alimento básico en la dieta de muchos ciclistas, y no es difícil entender por qué. Es una fuente rica en carbohidratos fácilmente digeribles, potasio y vitamina B6, todos ellos nutrientes esenciales que ayudan a mantener la energía durante las largas jornadas sobre la bicicleta. Además, su formato natural y su facilidad para llevarlo en el bolsillo del maillot lo convierten en un snack ideal para consumir durante o después de los entrenamientos.

Sin embargo, los plátanos tienen un pequeño inconveniente: maduran más rápido de lo deseado. Un plátano en su punto es perfecto para obtener energía instantánea, pero uno que esté demasiado maduro puede perder parte de su sabor y textura, además de resultar menos apetecible para algunos ciclistas. Por esta razón, es fundamental saber cómo conservarlos adecuadamente para que mantengan sus propiedades nutricionales y organolépticas por más tiempo.

El truco para evitar la maduración prematura de los plátanos es tan simple como efectivo: basta con separar cada plátano de forma individual y envolver el tallo en papel aluminio o film plástico. Este método evita que el etileno, un gas que los plátanos y otras frutas producen de manera natural, se propague al resto de la fruta, ralentizando así el proceso de maduración.

La gran mayoría de personas suelen guardar los plátanos en racimos, lo que aumenta la cantidad de etileno en el ambiente circundante, acelerando la maduración de todos los plátanos en conjunto. Al separarlos y aislar el tallo, cada plátano emite menos etileno a su alrededor.

Por otro lado, hay que colocar los plátanos en un lugar fresco y seco, alejado de la luz directa del sol. Es importante mantenerlos a temperatura ambiente, ya que el frío excesivo puede afectar la textura y el sabor de la fruta. Una vez que los plátanos comienzan a madurar, se pueden guardar en la nevera para extender su frescura. Aunque la piel se oscurecerá, el interior permanecerá en buenas condiciones durante varios días.

Otro consejo a tener muy en cuenta es evitar la proximidad con otras frutas. Si bien es tentador y una práctica más que común colocar todas las frutas juntas, es mejor evitar almacenar plátanos junto a frutas como manzanas o peras, que también producen etileno y pueden acelerar la maduración.

Como apunte extra, si un plátano ya está demasiado maduro, una buena opción es congelarlo y usarlo más adelante para elaborar un batido, un postre, o como un snack congelado en los días más calurosos del verano.