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Los cinco accidentes más comunes entre ciclistas y conductores y la forma de prevenirlos

Las estadísticas de accidentes con ciclistas involucrados no engañan: las cinco situaciones más fáciles de terminar en accidente y la forma de prevenirlas.

Aunque para la mayoría de ciclistas, sobre todo los que ruedan por carretera, salir a pedalear es una lotería de resultado incierto, lo cierto es que salvo casos excepcionales (véase conductores borrachos, drogados o psicópatas) la gran mayoría de accidentes entre ciclistas y conductores suceden por cinco causas bastante concretas. Las estadísticas de accidentes con ciclistas involucrados no engañan, y sirven para conocer qué situaciones tienen más riesgo de sufrir un accidente cuando se rueda encima de una bicicleta y, por tanto, aprender a evitarlas.

En TodoMountainBike: Los cinco accidentes más comunes entre ciclistas y conductores y la forma de prevenirlos
Conocer los accidentes más comunes entre ciclistas y conductores es la mejor forma de prevenirlos.

¿Cuáles son los cinco accidentes más comunes entre conductores y ciclistas? ¿Existe alguna forma de prevenirlos? Los accidentes son accidentes y, como tales, a veces suceden sin que ninguna de las partes implicadas pueda hacer nada para remediarlo. Pero conociendo las causas que los provocan, es mucho más fácil evitar situaciones comprometidas que puedan llegar a convertirse en un hecho consumado:

  • 1. Cuando un coche gira en un cruce: el conductor gira en una intersección y no ve al ciclista que se aproxima, interponiéndose en la trayectoria de la bicicleta. La mejor forma de prevenir el accidente es frenar y dejar pasar al conductor, o girar a la derecha siguiendo el mismo sentido que el coche que se aproxima. En caso de existir semáforos, nunca hay que intentar salir primero para ganar tiempo, ya que un coche siempre tiene más ventaja y el riesgo de accidente se multiplica.
  • 2. Cuando un coche gira circulando en el mismo sentido: el conductor gira a la derecha circulando en el mismo sentido que la bicicleta, cortando el paso al ciclista. En caso de colisión inminente, lo mejor es frenar y dejar pasar al conductor. En cualquier otro caso, hay que asegurarse de no permanecer en el ángulo muerto del espejo retrovisor del vehículo situado a la izquierda, equiparse con ropa de alta visibilidad, hacer uso de luces diurnas e incluso, si se prevé una situación peligrosa, ocupar plenamente el carril para evitar un posible accidente.
  • 3. Cuando un ciclista circula cerca de coches estacionados: un ciclista circula en línea con una fila de vehículos estacionados y de repente encuentra una puerta abierta en su camino. Este tipo de accidente se conoce como dooring y para prevenirlo, hay que circular con al menos un metro de separación respecto a los vehículos estacionados y estar preparados para frenar con decisión en cualquier momento, con los dedos apoyados en la maneta de freno y la vista siempre puesta varios coches por delante.
  • 4. Cuando un coche sale de un parking, taller o cualquier otro local: un coche sale de un estacionamiento, taller o establecimiento público para incorporarse a la vía y se interpone en la trayectoria del ciclista. Cuando se circula por núcleos urbanos, con numerosas entradas y salidas de vehículos en ambos lados de la vía, hay que prestar especial atención a los huecos entre coches estacionados, ya que suelen indicar que existe un acceso de paso para coches, tal como garajes, talleres y otros establecimientos similares. Lo más recomendable es evitar circular por la acera o por el lado más cercano al paso de vehículos, y ocupar el carril completamente por su centro en caso de duda.
  • 5. Cuando un coche golpea a un ciclista por detrás: un coche que circula en el mismo sentido que un ciclista golpea la bicicleta por detrás. A veces, resulta impredecible anticiparse a los movimientos o trayectoria de un coche o de una bicicleta. Lo mejor que puede hacer un ciclista es llevar ropa visible con motivos reflectantes y utilizar luces diurnas en la bicicleta, además de mantener una marcha predecible y en línea recta y señalizar cualquier maniobra que vaya a realizar. Como última opción en caso de que la seguridad del ciclista pueda verse comprometida por cualquier motivo, ocupar el carril por el centro.