Probablemente, cualquier lector que sea un habitual del gimnasio habrá visto en más de una ocasión a alguna persona subida en la cinta caminando o trotando hacia atrás en lugar de hacia delante. Puede sonar extraño, pero caminar hacia atrás ofrece numerosos beneficios para la salud física y mental, y aunque es una práctica poco convencional, también tiene grandes ventajas.
Un ejercicio sorprendentemente beneficioso
La práctica de caminar hacia atrás, también conocida como marcha atrás, puede ser un enfoque inusual en comparación con las formas tradicionales de ejercicio, pero sus beneficios son notables. Se trata de una actividad cada vez más popular en la comunidad de fitness por las numerosas ventajas que aporta:
- Fortalecimiento muscular: Al caminar hacia atrás, se trabajan diferentes músculos en comparación con la marcha normal. Los músculos de la parte delantera de las piernas y los músculos glúteos son más activos en este tipo de ejercicio. Esto puede ayudar a mejorar el equilibrio muscular y prevenir lesiones.
- Mejora del equilibrio y la postura: Caminar hacia atrás requiere un mayor enfoque en la postura y el equilibrio. Esto puede ayudar a fortalecer los músculos estabilizadores y reducir la probabilidad de caídas, lo que es especialmente beneficioso para las personas mayores y especialmente para los ciclistas.
- Alivio del dolor de espalda: Para muchas personas, caminar hacia adelante puede ejercer presión en la espalda baja, lo que puede causar dolor crónico. Caminar hacia atrás puede reducir esta tensión y ayudar a aliviar el dolor de espalda.
- Cardio y quema de calorías: Caminar hacia atrás a un ritmo moderado o rápido puede elevar la frecuencia cardíaca y proporcionar beneficios cardiovasculares similares a caminar hacia adelante. Además, puede ayudar en la quema de calorías y en la pérdida de peso.
- Estimulación cognitiva: La marcha atrás también requiere una mayor concentración y coordinación, ya que se debe prestar atención al entorno y evitar obstáculos. Esto puede ser beneficioso para la salud mental, mejorando la agudeza cognitiva y reduciendo el estrés.
Cómo comenzar con la marcha atrás
Incorporar la marcha atrás en una rutina de ejercicios es sencillo. Lo más práctico es realizarlo en una cinta de correr, mejor aún dentro de unas instalaciones adecuada como puede ser un gimnasio. Por suerte, también se puede realizar al aire libre siguiendo los siguientes consejos:
- Elegir un lugar seguro: Buscar un lugar amplio y despejado, como un parque o una pista de atletismo, para evitar obstáculos.
- Aumentar gradualmente la duración: Hay que comenzar con sesiones cortas de caminata hacia atrás y aumentar progresivamente el tiempo a medida que uno se sienta más cómodo.
- Mantener una postura adecuada: Lo ideal es mantener la espalda recta, el abdomen apretado y la mirada hacia adelante. Hay que evitar mirar hacia abajo, ya que esto puede aumentar el riesgo de tropezar.
- Utilizar zapatos adecuados: Lo mejor es asegurarse de llevar zapatos que ofrezcan un buen soporte y tracción, ya que caminar hacia atrás puede ser más resbaladizo que caminar hacia adelante.
- Precaución en lugares concurridos: Cuando se camina hacia atrás en lugares públicos, hay que tener especial cuidado con las personas y obstáculos que puedan cruzarse en el camino.
En resumen, caminar hacia atrás puede parecer poco convencional, pero ofrece una serie de beneficios para la salud física y mental. Desde el fortalecimiento muscular y la mejora del equilibrio hasta la estimulación cognitiva, esta práctica de ejercicios puede ser una adición valiosa a la rutina de entrenamiento.