Aunque parece que la industria ciclista pasa por uno de los momentos más dulces de su historia gracias al auge de las bicicletas eléctricas y al cada vez mayor número de personas que decidan apostar por darle a los pedales en lugar de coger el coche, lo cierto es que para los pequeños comercios, las tiendas de calle de toda la vida, la situación es completamente diferente.
Bicicletas Belga, una tienda familiar de bicicletas abierta desde el año 1947, cerrará sus puertas a finales de 2019 después de haber intentado por todos los medios mantenerse a flote en un sector del mercado con una competencia feroz y múltiples actores implicados. El mítico comercio, ubicado en el número 17 de la calle Llano de Zaidía de Valencia, es la segunda tienda de bicicletas más antigua de la ciudad, solo superada por Rafael Abad.
¿Por qué cierra Bicicletas Belga? No se trata de una jubilación, ya que es un negocio que lleva tres generaciones pasando de padres a hijos. Tampoco de una quiebra en sí, porque mantiene su pequeña clientela fija como comercio histórico que es. Pero la suma de múltiples factores y de otros tantos pequeños detalles han llevado a su actual propietario, nieto del fundador, a tomar esta difícil decisión.
Es una decisión muy dura, es el final de una saga, pero no le veo salida ni punto de retorno y tengo que cerrar. No somos la tienda más antigua, que es Rafael Abad, pero sí la más antigua de bicicletas de alta gama y ya no hay espacio para nosotros
, explica el nieto que dirige Bicicletas Belga al diario Las Provincias.
Sobre las razones que han provocado el cierre de esta tienda valenciana, son varias aunque poco definidas: Una competencia muy agresiva, pero no solo 'on line' sino también física, por las grandes superficies; por supuesto que errores internos de empresa que asumo, y la globalización, que ya no busca la excelencia sino únicamente los precios bajos
. Bicicletas Belga es otro de tantos pequeños comercios que se han victo obligados a cerrar sus negocios pese a contar con una amplia experiencia en el sector, y desgraciadamente parece que no será el último.
Márgenes de venta cada vez más reducidos, gamas nuevas de bicicletas cada año cuando aún no han llegado las del año anterior, ofertas imposibles de igualar en grandes plataformas online, la demanda de servicios cada vez más especializados, por citar algunos factores, están dilapidando esas pequeñas tiendas donde el ciclismo ha sido, es y será su razón de ser.