Con la llegada de las campanadas de fin de año, también llegan los tradicionales propósitos para el nuevo año que miles y miles de personas esperan poder llevar a cabo. Entre estos propósitos, comenzar a realizar ejercicio físico es un deseo habitual, y hacerlo encima de una bicicleta puede ser la elección más acertada por sus beneficios comprobados.
Beneficios de montar en bici
Entre las muchas actividades físicas a elegir, el ciclismo se presenta como uno de los deportes más saludables para el ser humano, ya que es uno de los ejercicios cardiovasculares por excelencia y, además, sus beneficios se dejan notar tanto en el aspecto físico como mental o, lo que es lo mismo, por dentro y por fuera.
Montar en bicicleta es uno de los deportes con mayores beneficios para el corazón. Hacerlo de forma regular, dos o tres veces por semana, reduce el riesgo de infarto en un 50%, mejora la tensión arterial, reduce el nivel de LDL (colesterol malo) en la sangre y pone en forma los vasos sanguíneos.
Los pulmones son otro de los órganos enormemente beneficiados por la práctica del ciclismo. Gracias a la bicicleta, se aumenta la capacidad pulmonar y el nivel de oxígeno en la sangre, lo que se traduce en una mejor respiración en todo tipo de circunstancias, con menor sensación de ahogo en los momentos de gran esfuerzo o incluso en etapas puntuales de enfermedad.
A diferencia de otras actividades como correr o practicar fútbol y otros deportes de equipo, montar en bicicleta no produce impactos en las articulaciones. Prácticamente el 80% del peso del cuerpo recae sobre el sillín, liberando el resto de articulaciones de carga y, por tanto, mejorando el funcionamiento de las mismas gracias a un movimiento continuo y controlado.
Perder peso y comenzar a hacer ejercicio físico son los dos propósitos por excelencia cada año nuevo, y montar en bicicleta cumple con ambos deseos. El sobrepeso es uno de los principales factores de riesgo para la salud cardiovascular. Pedalear dos o tres veces por semana favorece la quema de grasa y acelera el metabolismo, ayudando a adelgazar incluso cuando no se está encima de la bicicleta.
Las endorfinas, también conocidas como hormonas de la felicidad, pueden ser hasta 20 veces más potentes que cualquier medicamento presente en farmacias. Montar en bicicleta produce un aumento del nivel de endorfinas acompañado de una reducción del dolor en las fibras nerviosas, una reducción de la presión sanguínea y una maravillosa sensación de calma y felicidad, entre otros factores.