En toda grupeta que se precie siempre hay uno o más miembros que aprovechan cualquier parada, por muy breve que sea, para orinar. Las ganas frecuentes y repentinas de orinar son debidas a un problema denominado vejiga hiperactiva, y aunque se desconocen las causas concretas que la originan en personas físicamente sanas, suele ser debida a la ingesta excesiva de alcohol, al estrés, o al consumo de ciertos alimentos con propiedades excitantes o irritantes, como el café o las comidas picantes.
Cómo prevenir la vejiga hiperactiva
Sentir ganas frecuentes y repentinas de orinar puede convertirse en un verdadero calvario para el ciclista que lo sufre en sus carnes, así como para el resto de miembros de una grupeta que tienen que esperar pacientemente a que el compañero de turno se alivie cada pocos kilómetros. Salvo que se trate de un problema físico, la vejiga hiperactiva está ocasionada en la mayoría de ocasiones por estrés o nerviosismo y por el consumo de ciertos alimentos o sustancias que, evitados en la medida de lo posible, ayudan a reducir las ganas de orinar.
Para reducir de forma importante las ganas de orinar, lo primero que hay que evitar es el consumo de café y otras bebidas excitantes o alcohólicas. La cafeína es un potente estimulante que, aunque mejora la atención y el ánimo debido a un aumento de la actividad cerebral, interfiere en las funciones de la vejiga provocando un aumento de la necesidad de vaciado de la misma, incluso con poca o ninguna orina que expulsar. Del alcohol poco se puede añadir: es una de la sustancias más dañinas y adictivas que se pueden consumir.
Las frutas y zumos cítricos también son muy propensos a aumentar las ganas de orinar. Se trata de unas inmejorables fuentes de vitamina C pero también de unas bebidas y frutas con una alta concentración de ácidos que pueden irritar la vejiga en personas sensibles, dando lugar a más ganas de orinar. Otro efecto negativo de los cítricos en personas con vejiga hiperactiva es que poseen cierto efecto diurético, lo que incrementa la necesidad de evacuar líquido.
Igual que sucede con las bebidas cítricas, evitar la ingesta de tomate y cebolla también reduce las ganas de orinar. Se trata de dos alimentos muy saludables y nutritivos, pero su acidez, sobre todo cuando están cocinados, puede irritar los conductos urinarios y la vejiga dando lugar a una falsa sensación de vejiga llena que, combinada con los efectos diuréticos propios de ambos alimentos, lleva a la necesidad de orinar un mayor número de veces.
La bollería y el azúcar refinado tampoco son nada recomendables para personas con vejiga hiperactiva. El consumo excesivo de azúcar en muy perjudicial para la salud en general y para la vejiga en particular, ya que debilita el sistema inmune, favorece la inflamación y produce nerviosismo, entre otros daños, lo que lleva irremediablemente a provocar un empeoramiento de los síntomas.
Como marca la tradición, la mayoría de grupetas suele realizar un alto en el camino para disfrutar de un buen almuerzo, en muchos casos consistente en platos muy especiados o picantes con su correspondiente bebida. Tanto el exceso de especias como los condimentos picantes pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en el organismo, incluyendo la vejiga, con el consiguiente aumento de las ganas de orinar tras el suculento banquete.