Un alambre de espino colocado estratégicamente a un metro del suelo en un paso frecuente de deportistas y senderistas. Así es la trampa denunciada este mismo fin de semana ante los Mossos d'Esquadra de Roselló, en la provincia catalana de Lleida, por un grupo de ciclistas del municipio.
La trampa en cuestión ha aparecido en la sierra de Roselló, un lugar muy frecuentado por deportistas que 'casualmente' también es un coto de caza. Se trata nada menos que de un cable metálico de púas cruzado en una de senda habitualmente transitada por ciclistas, colocado a una altura aproximada de un metro con la única intención de causar el mayor daño posible.
Como sucede también en otros puntos de la península, la zona afectada discurre por el espacio de un coto aprovechado para la caza. Si bien se desconoce la identidad de la persona o personas que han colocado la trampa, todo apunta a que se trata de una acción destinada impedir el paso de deportistas a dicha zona, poniendo nuevamente en el punto de mira las supuestas acciones del colectivo de cazadores contra el resto de usuarios del monte.
No está de más recordar que la Fiscalía de Pontevedra, en Galicia, ha fijado un plan de acción específico para luchar contra este tipo de actos delictivos: desde aplicar la pena máxima a los responsables de las trampas en el monte hasta realizar un seguimiento más exhaustivo de la aparición y denuncia de las mismas. Con la proliferación de más y más trampas en todo el territorio español, no cabe duda de que dicho planteamiento debería aplicarse desde ya en todas las comunidades autónomas del país. Precaución en el monte, queridos ciclistas.
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