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Cuatro errores comunes que reducen la vida útil del casco en el ciclismo

Como ciclistas, es fundamental adoptar hábitos de cuidado responsable para asegurar que el casco esté en perfectas condiciones siempre que sea necesario.

En el ciclismo, la seguridad es un aspecto clave, y el casco es el principal aliado para proteger la cabeza en caso de accidente. Sin embargo, muchos ciclistas cometen errores que comprometen su integridad estructural y reducen su efectividad. Destacan por encima de todo cuatro hábitos muy frecuentes que afectan la durabilidad de este elemento esencial. Reconocerlos y evitarlos es esencial para garantizar una mayor protección en cada salida.

Casco colgando de un manillar. Imagen: Reinhard Thrainer / Pixabay
Casco colgando de un manillar. Imagen: Reinhard Thrainer / Pixabay

Evitar estos errores puede marcar la diferencia en la durabilidad y efectividad del casco. Un mantenimiento adecuado garantiza que, en caso de accidente, este elemento de seguridad cumpla su función de protección de manera óptima. Como ciclistas, es fundamental adoptar hábitos de cuidado responsable para asegurar que el casco esté en perfectas condiciones siempre que sea necesario.

Almacenar los guantes dentro del casco

Es común que, tras una ruta, los ciclistas coloquen los guantes dentro del casco para mantenerlos juntos. No obstante, esta práctica puede generar problemas. Los guantes acumulan sudor, suciedad y bacterias que pueden deteriorar el interior del casco, provocar malos olores y afectar la ventilación.

Además, la humedad generada por los guantes húmedos puede acelerar el desgaste de los acolchados interiores del casco, reduciendo su capacidad de ajuste y comodidad. Para evitarlo, lo recomendable es almacenarlos por separado en un lugar seco y ventilado. Otra opción es utilizar una bolsa transpirable para los guantes y evitar el contacto directo con el interior del casco.

Colgar el casco en el manillar o el sillín

Un error frecuente es usar el manillar o el sillín como soporte para el casco cuando no está en uso. Aunque parezca inofensivo, esto puede causar daños estructurales. Pequeños impactos o caídas accidentales pueden generar microfisuras en el material, disminuyendo su capacidad de absorción de golpes.

Estos daños pueden no ser visibles a simple vista, pero comprometen la seguridad del casco en caso de una caída real. Para evitarlo, es preferible colocarlo en una superficie estable o utilizar un gancho especial para cascos. Muchas mochilas para ciclistas incluyen compartimentos específicos para transportarlo de forma segura sin riesgo de daños.

Exponer el casco a temperaturas extremas

El calor excesivo es otro factor que puede afectar la resistencia del casco. Dejarlo dentro de un automóvil expuesto al sol o en ambientes con temperaturas elevadas puede deformar su estructura o debilitar sus materiales internos. Los adhesivos que mantienen unidas las capas del casco pueden degradarse con el calor, reduciendo su capacidad de protección.

Para prolongar su vida útil, es recomendable guardarlo en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa. Si es necesario transportarlo en un coche, lo ideal es mantenerlo lejos de la luz solar directa y en zonas donde las temperaturas pueden ser más elevadas.

Aplicar productos químicos antes de colocarse el casco

El uso de protectores solares, repelentes de insectos o desodorantes en aerosol antes de ponerse el casco puede generar reacciones con los materiales del casco, provocando deterioro en el acabado exterior y reduciendo su resistencia. Algunos productos contienen disolventes que pueden afectar la carcasa plástica, haciéndola más frágil con el tiempo.

Para minimizar este riesgo, es aconsejable aplicarlos unos minutos antes de colocarse el casco, asegurándose de que la piel haya absorbido el producto por completo. También se recomienda limpiar regularmente el casco con agua y jabón neutro para eliminar residuos químicos que puedan quedar en la superficie.