Flight Attendant, el sistema de suspensión electrónica inteligente de RockShox que hasta la fecha solo estaba disponible para bicicletas de Gravity (véase Enduro y Descenso), se estrena en el mundo del XC con el lanzamiento de una segunda generación de esta tecnología integrada en las horquillas RockShox SID Ultimate y SID SL Ultimate y al amortiguador SIDLuxe Ultimate.
Suspensiones que aprenden del ciclista para funcionar cada vez mejor
Para los lectores que no lo sepan, Flight Attendant es una tecnología presentada por primera vez por RockShox en 2021 bajo la forma de un sistema electrónico capaz de gestionar de forma automática (e inalámbricas) la respuesta tanto de la horquilla como del amortiguador, inicialmente dirigida a bicis de Enduro y Descenso.
La segunda generación de esta tecnología va un paso más allá e irrumpe en la modalidad de Cross Country con un diseño y funcionamiento específicos para esta modalidad. Se trata de unas suspensiones inteligentes enfocadas a la competición que ofrecen una gestión automática de las mismas de forma precisa y rápida, con una mejora de un 1.8% en máxima competición respecto a un sistema manual.
Quizá esta ganancia pueda parecer marginal, y de hecho lo es, pero no en el mundo de la alta competición. Prueba de ello son los datos que aporta la propia marca y que tienen mucho que ver con el mejor corredor de XCO de la actualidad: Nino Schurter. El suizo se llevó la victoria en la última Copa del Mundo de Lenzerheide, logrando su récord absoluto de victorias, a los mandos de una Scott Spark con suspensiones Flight Attendant.
Las suspensiones de la bici de Nino Schurter realizaron, de forma completamente automática y autónoma, nada menos que 1.325 ajustes a lo largo de los 90 minutos que duró la carrera, una cifra muy superior a los aproximadamente 300 ajustes que realizaron el resto de corredores con suspensiones convencionales. En palabras del propio Nino Schurter: Es el siguiente nivel
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Funcionamiento de la suspensiones Flight Attendant
El funcionamiento de la segunda generación de Flight Attendant es similar al de la primera versión, solo que enfocado al Cross Country y ahora con un mayor registro y análisis de datos que se traducen en un mejor aprendizaje por parte del sistema y, por tanto, en un funcionamiento que mejora con el paso del tiempo.
RockShox, la marca de suspensiones y tijas de SRAM, ha integrado esta tecnología dentro del ecosistema AXS de su empresa madre, dotando al conjunto de una mayor capacidad para leer los datos y responder con ajustes cada vez más precisos en las suspensiones.
Para ello, el sistema emplea tanto una horquilla como un amortiguador que incluyen el módulo Flight Attendant de funcionamiento electrónico e inalámbrico, además de un sensor de cadencia en el pedalier en el caso de no tener montado un potenciómetro SRAM. Con esta configuración básica más una aplicación dedicada, el sistema ya funciona solo.
Pero el rendimiento máximo de las suspensiones se consigue cuando además de suspensiones, la bici también está equipada con un potenciómetro SRAM y con una transmisión AXS. Aquí es donde se produce la auténtica magia, con miles de datos que van a parar a una IA capaz de analizarlos para ajustar el funcionamiento tanto de horquilla como de amortiguador en tiempo real sin intervención del ciclista.
Flight Attendant trabaja sobre tres posiciones de compresión: abierto (Open), bloqueado (Lock) y plataforma de pedaleo (Pedal), ajustando la posición de las suspensiones cada 5 milisegundos en base a un algoritmo que aprende de la forma de rodar del ciclista. Además, a diferencia de la primera versión, el sistema es capaz de ajustar horquilla y amortiguador por separado.
Por otro lado, el sistema cuenta con cuatro modos de funcionamiento que se visualizan mediante un sistema de LEDS: Automático, Manual, Override y Bias. El modo Bias ajusta las suspensiones de forma automática en tiempo real en base a las preferencias del usuario para que éstas tiendas a abrirse (Open) o bloquearse (Lock), con dos niveles de sensibilidad. Se identifica por el color morado.
El modo Manual no tiene ningún misterio, ya que es eso, tener las suspensiones en modo manual para que sea el ciclista el que cambie entre las distintas posiciones de compresión. Se identifica con el color rojo. El modo Override es para intercambiar de forma rápida dos posiciones de compresión predefinidas con una simple pulsación en un segundo mando izquierdo SRAM AXS. Se identifica con el color naranja.
Y por último, la joya de la corona identificada en color verde, el modo Automático o Adaptative Ride Dynamics, que hace uso de inteligencia artificial para aprender del usuario y del tipo de terreno por el que se rueda. Este modo requiere de un potenciómetro para funcionar y a cambio ofrece un funcionamiento de la suspensión que además de basarse en el estilo de conducción del ciclista y en los terrenos por lo que rueda, también tiene en cuenta su estado de forma para adaptarse.
Todo el sistema se controla a través de la aplicación móvil de SRAM, la misma que se utiliza para configurar las transmisiones AXS y que ahora se ha actualizado para incluir también Flight Attendant. Entre otras cosas, permite personalizar los mandos, configurar los modos y modificar las zonas de intensidad del modo Adaptative Ride Dynamics.
Es fácil adivinar que no se trata de un sistema dirigido a usuarios novatos, sino a aquellos que compiten y buscan el máximo rendimiento posible, o a esos aficionados que no hacen ascos a los últimos avances tecnológicos de la industria ciclista, cuesten lo que cuesten.
Las suspensiones inteligentes para bicis de XC llegan al mercado con las horquillas RockShox SID Ultimate Flight Attendant (1.599€) y RockShox SID SL Ultimate Flight Attendant (1.499€), y con el amortiguador RockShox SIDLuxe Ultimate Flight Attendant (918€).