Aunque la cinta de manillar ha estado tradicionalmente asociada a las bicicletas de carretera, cada vez más ciclistas de montaña optan por sustituir los puños convencionales por este material. El cambio, aunque poco habitual, es perfectamente viable y presenta ventajas concretas en determinados contextos de uso. A través de un procedimiento sencillo y económico, es posible mejorar el agarre, la comodidad y la estética de una bicicleta de montaña o, al menos, tener una solución temporal.

Una alternativa perfectamente válida
La instalación de cinta de manillar en un manillar plano o de doble altura, característico de las bicicletas de montaña, no requiere herramientas especializadas ni experiencia previa. El proceso, tal y como se puede ver en el vídeo que acompaña estas líneas, parte de una preparación básica: limpieza del manillar, retirada de los puños originales y selección de una cinta adecuada, preferiblemente con un nivel medio de acolchado y buena capacidad de absorción de vibraciones.
Uno de los motivos principales que lleva a algunos ciclistas a optar por la cinta en lugar de los puños es la posibilidad de personalizar el grosor y la textura del agarre. Al poder aplicar más o menos tensión durante el enrollado, y dar más vueltas en las zonas de mayor presión, el manillar puede adaptarse a la forma de la mano del usuario de manera más precisa que con los puños estándar. Esto se traduce en una mejora de la ergonomía y un mayor confort en rutas prolongadas.
Por otro lado, la cinta permite una mayor variedad estética. Existen múltiples colores, acabados y diseños, lo que facilita combinarla con el resto de la bicicleta o incluso con el equipamiento del ciclista. Este factor, aunque secundario en términos técnicos, tiene un valor añadido para quienes buscan un toque distintivo en su bicicleta.
A pesar de estas ventajas, es importante tener en cuenta algunas limitaciones. La durabilidad de la cinta no es tan alta como la de los puños de goma o silicona, especialmente si se expone con frecuencia a condiciones de barro, lluvia o caídas. Además, una instalación incorrecta (por ejemplo, con poca tensión o sin rematar bien los extremos) puede provocar que se desplace durante el uso, comprometiendo el agarre y la seguridad.
En definitiva, sustituir los puños de una MTB por cinta de manillar es una alternativa perfectamente válida para quienes buscan un agarre más personalizable, un estilo diferente o una solución temporal antes de reemplazar los puños tradicionales. El proceso es reversible y no compromete la funcionalidad de la bicicleta, siempre que se realice con cuidado y sentido práctico.