Todo estaba listo en el valle de Dyfi para acoger, este fin de semana, la quinta edición de la Red Bull Hardline. Sin embargo, y haciendo honor al impredecible tiempo escocés, la prueba tuvo que ser cancelada hasta el próximo año debido a unas condiciones climatológicas extremadamente adversas.
Ya el viernes, los participantes se vieron obligados a abandonar las prácticas en el circuito debido a una intensa lluvia y fuertes rachas de viento. El sábado fue más de lo mismo, con fuertes lluvias, tormentas eléctricas y vientos huracanados que también impidieron la disputa de las mangas clasificatorias.
Ante este panorama tan desolador y con el tiempo escocés sin mostrar síntomas de mejora, la organización de la prueba decidió suspenderla definitivamente hasta el próximo año para garantizar la seguridad de todos los participantes.