La neozelandesa Annie Ford ha alcanzado un nuevo hito en el mundo del ciclismo de montaña al establecer un Récord Guinness de desnivel negativo acumulado en 24 horas. Ford logró descender un total de 55.747 metros verticales en el Bike Park de Coronet Peak, Nueva Zelanda, superando con creces la anterior marca de 41.900 metros. Esta hazaña no solo pone en relieve la resistencia y habilidad técnica de Ford, sino que también refuerza su compromiso con la conservación medioambiental.
Un reto con causa: ‘Redo for Restoration’
Para conseguir esta proeza, Ford realizó 133 descensos utilizando remontes, acumulando un recorrido total de 412 kilómetros en una jornada marcada por el esfuerzo físico y mental. Al concluir, la ciclista expresó la magnitud del desafío: Ha sido el mayor desafío físico y mental de mi carrera, pero saber que era por una buena causa me dio la motivación extra para seguir pedaleando
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La hazaña de Ford estuvo motivada por un objetivo altruista: recaudar fondos para la reforestación de las áreas circundantes a Coronet Peak. Bajo la iniciativa denominada Redo for Restoration, se busca mitigar la pérdida de 140.000 kilómetros cuadrados de vegetación causada por la actividad agrícola. Gracias a este desafío, se lograron recaudar 35.000 dólares, fondos que serán destinados a la plantación de árboles nativos en colaboración con la organización local Te Tapu o Tāne.
Este no es el primer récord para Annie Ford, que ya ostentaba la marca anterior desde 2022. En esta ocasión, su objetivo inicial era alcanzar los 50.000 metros descendidos, pero el resultado final superó todas las expectativas. Con una determinación que inspira, Ford afirmó que este logro es solo el principio: Quiero seguir usando el deporte para generar un impacto positivo en el medioambiente
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Las donaciones para la reforestación de Coronet Peak continúan abiertas, permitiendo que cualquier persona interesada pueda contribuir a la recuperación de este icónico paisaje neozelandés. La unión entre deporte y compromiso medioambiental que ha demostrado Annie Ford establece un ejemplo notable de cómo los atletas pueden utilizar sus plataformas (y habilidades) para promover causas de impacto global.