Competición

Pauline Ferrand-Prévot conquista el Infierno del Norte y agranda su leyenda ciclista

Ferrand-Prévot vence en solitario en la París-Roubaix y hace historia como la primera francesa en ganar el Monumento. Una leyenda del ciclismo total.

Pauline Ferrand-Prévot ha vuelto a reescribir la historia del ciclismo. La corredora francesa del Visma | Lease a Bike ha conquistado la París-Roubaix en su primera participación, sumando así un Monumento a un palmarés que ya era único en el deporte de las dos ruedas. La victoria, conseguida en solitario tras un ataque demoledor, ratifica su estatus como una de las ciclistas más completas de todos los tiempos.

Pauline Ferrand-Prévot. Imagen: Paris-Roubaix Femmes
Pauline Ferrand-Prévot. Imagen: Paris-Roubaix Femmes

La primera ciclista francesa en ganar el Monumento

Con 33 años, Ferrand-Prévot ha acumulado títulos mundiales en disciplinas tan diversas como el ciclocross, el XCO, el gravel y la carretera. Esta versatilidad sin precedentes se ha traducido ahora en un triunfo en la clásica más emblemática del calendario femenino. El recorrido, de 148 kilómetros y con 17 tramos adoquinados, se presentaba como una prueba de resistencia y técnica. Y fue precisamente en estos terrenos donde la ciclista gala marcó las diferencias.

La carrera comenzó a definirse en el tramo de Mons-en-Pévèle, donde las favoritas empezaron a mover ficha. Entre ellas, Lotte Kopecky y Lorena Wiebes, del potente equipo SD Worx, trataron de seleccionar el grupo. Más adelante, la danesa Emma Norsgaard, del Lidl-Trek, lanzó un ataque que la dejó en cabeza de carrera a falta de 31 kilómetros. Durante algunos minutos, pareció que su apuesta podía cuajar. Pero en el pelotón, Ferrand-Prévot tenía otras ideas.

Con una lectura táctica impecable, la corredora del Visma aceleró, dio caza a Norsgaard y no tardó en dejarla atrás. A partir de ese momento, la francesa realizó una exhibición de fuerza y habilidad sobre los sectores de Camphin-en-Pévèle y el icónico Carrefour de l’Arbre. Con una ventaja que rondaba el minuto, las dudas se apoderaron del grupo perseguidor, donde Marianne Vos ejercía de tapón para proteger las opciones de su compañera de equipo.

Lotte Kopecky, que partía como una de las grandes favoritas vestida con el maillot arcoíris, intentó asumir la responsabilidad en la persecución. Sin embargo, su esfuerzo fue insuficiente y sus fuerzas se agotaron en los momentos decisivos. Así, Ferrand-Prévot llegó al velódromo de Roubaix sin oposición, con el margen suficiente para saborear la gloria ante el público local, que celebró con entusiasmo el primer triunfo de una francesa bajo el actual formato de la carrera.

El podio se completó con la italiana Letizia Borghesi, que firmó una sólida segunda plaza, y con Lorena Wiebes, tercera tras imponerse en un ajustado esprint a la veterana Vos. La victoria de Ferrand-Prévot no solo supone una hazaña deportiva, sino también un símbolo de perseverancia y de excelencia multidisciplinar. La ciclista de Reims ha demostrado que se puede ser competitiva en todas las superficies y en todos los contextos. Y ha hecho de la París-Roubaix una nueva joya en su corona.