El ciclismo profesional ha endurecido su normativa disciplinaria con la implementación del sistema de tarjetas amarillas, una medida que ya se ha convertido en un elemento recurrente en el pelotón. En este contexto, el Movistar Team se posiciona a día de hoy como el equipo más sancionado del año, con un total de cuatro tarjetas en lo que va de temporada, igualando al Tudor Pro Cycling en este particular registro.

Tarjetas amarillas por todo y para todos
Las últimas dos amonestaciones al equipo español se produjeron durante la primera etapa de la París-Niza. Tanto su director, Pablo Lastras, como el mecánico Tomás Amezaga fueron sancionados por no respetar las indicaciones de los organizadores y comisarios de la carrera.
Anteriormente, en la segunda etapa del Tour de Omán, Rúben Guerreiro recibió otra tarjeta por un sprint irregular. El primer integrante del Movistar en inaugurar esta lista fue Iván Romeo, quien fue penalizado en la Volta a la Comunitat Valenciana tras realizar una maniobra peligrosa que obstruyó a un rival.
El reglamento actual permite que las amonestaciones no solo recaigan en los ciclistas, sino también en directores deportivos, mecánicos e incluso periodistas acreditados, en caso de incumplir las normativas establecidas. Dentro del pelotón español, el Burgos-BH y el Kern Pharma también han sido protagonistas en este apartado. Sus directores, David Echavarri y Jon Armendariz, respectivamente, vieron la tarjeta en la Vuelta a Andalucía.
En el plano internacional, el Tudor Pro Cycling comparte el liderato de amonestaciones con el Movistar Team. En su caso, tres de las cuatro tarjetas que acumula fueron recibidas en la clásica Kuurne-Bruselas-Kuurne, mientras que la restante tuvo lugar en la Volta ao Algarve. Además, su equipo de desarrollo, el Tudor Continental, también ha sido sancionado, con una tarjeta para Florian Stork en la Figueira Champions Classic, por cruzar un paso a nivel en fase de cierre.
Entre los ciclistas que han protagonizado más sanciones individuales destaca Danny van Poppel, del Red Bull-BORA-hansgrohe, que ya ha recibido dos tarjetas en la presente temporada, ambas por maniobras indebidas en sprints, una en el Tour Down Under y otra en el UAE Tour. La reglamentación establece que acumular seis tarjetas en un período de un año conlleva una suspensión de 30 días, por lo que el neerlandés se encuentra aún a cuatro sanciones de afrontar una sanción más severa.
El sistema también contempla penalizaciones a corto plazo: si un corredor recibe dos tarjetas en la misma competición, es automáticamente descalificado. Si la acumulación llega a tres en un período de 30 días, la suspensión es de dos semanas. Estas medidas buscan no solo imponer disciplina en el pelotón, sino también garantizar la seguridad de los corredores y el correcto desarrollo de las carreras.
El ciclismo, con este nuevo sistema, está experimentando una transformación en la manera en la que se regulan y sancionan las conductas inadecuadas en carrera. Aunque el Movistar Team encabeza la lista de equipos más amonestados, la dinámica de esta normativa sugiere que otros equipos y ciclistas podrían ver cómo sus nombres aparecen en este registro si no ajustan su comportamiento a las reglas.