La famosa locución Veni, vidi, vici, cuya traducción es Vine, vi, vencí y se atribuye al emperador romano Julio César, es perfectamente aplicable a lo que Mathieu van der Poel está haciendo en su recién estrenada temporada de ciclocross. El neerlandés ha ganado todas las carreras que lleva disputadas, y además, lo ha hecho con una facilidad que roza lo ridículo.
La última victoria de Van der Poel en su (por el momento) imbatible campaña de ciclocross ha tenido lugar en el Superprestigio de Diegem, una de las carreras más emblemáticas de la temporada ya que se celebra en horario nocturno y cuenta con una ingente cantidad de público animando a sus corredores favoritos.
Mathieu van der Poel se contuvo hasta la segunda mitad de carrera, cuando, con un solo y fulminante ataque, se colocó en primera posición para rodar en solitario a partir de ese momento y cruzar la meta sacando una ventaja de 49 segundos sobre Tom Pidcock, el segundo clasificado. Eli Iserbyt, a 53 segundos del primer tiempo, completó el podio.
En la categoría femenina, Puck Pieterse también demostró una clara superioridad para imponerse con cerca de medio minuto de ventaja a Ceylin del Carmen Alvarado, que tuvo que conformarse con la segunda plaza. Inge van der Heijden fue la encargada de completar el podio femenino del Superprestigio de Diegem.