El esperado regreso de Mathieu van der Poel al XCO se convirtió en un episodio para el olvido. El neerlandés del Alpecin-Deceuninck reapareció este fin de semana en Nové Mesto con la intención de iniciar su preparación de cara al Mundial de la disciplina, pero su actuación quedó marcada por dos caídas en apenas cinco minutos que le obligaron a abandonar la carrera y ser trasladado al hospital. Las consecuencias médicas del incidente generan ahora dudas razonables sobre su participación en el Critérium del Dauphiné y, en el peor de los casos, en el próximo Tour de Francia.
XCO, la disciplina que se le atraganta a Mathieu van der Poel
El inicio de la prueba de XCO estuvo a la altura de las expectativas, con Van der Poel buscando una posición de privilegio desde los primeros metros. Sin embargo, en una de las secciones más estrechas y técnicas del trazado, un intento de adelantamiento por el exterior terminó con un enganchón con David Valero. El choque dejó a ambos corredores en el suelo y al español con problemas mecánicos que le relegaron sin opciones de remontar. Van der Poel, pese al impacto, logró volver a montar en la bicicleta, aunque con una importante pérdida de tiempo y ritmo.
El verdadero golpe llegó minutos después. En un salto aparentemente controlado, el neerlandés sufrió una segunda caída, esta vez de mayor gravedad. El gesto corporal posterior al impacto y su inmediato abandono hicieron saltar todas las alarmas. Su equipo confirmó poco después que había sido trasladado a un centro hospitalario para una evaluación más detallada.
La información médica posterior, divulgada por el medio belga Sporza, apunta a lesiones más serias de lo previsto inicialmente. Esto obligará al corredor a renunciar a la concentración en altura que debía comenzar este lunes, una parte clave de su preparación de cara al verano. Además, su presencia en el Critérium del Dauphiné, carrera que muchos usan como termómetro previo al Tour, queda prácticamente descartada. Las consecuencias más preocupantes afectan a su participación en la Grande Boucle, donde su capacidad de generar espectáculo y protagonizar etapas de alto voltaje es siempre esperada con entusiasmo.
El regreso de Van der Poel al MTB había sido planificado como una parte estratégica de su temporada. Su polivalencia, capaz de alternar con éxito entre el ciclismo de carretera y el ciclocross, le ha permitido consolidarse como uno de los talentos más completos del pelotón internacional. No obstante, el ciclismo de montaña sigue siendo una disciplina de enorme exigencia técnica, donde el más mínimo error puede acabar en el suelo. Lo vivido en Nové Mesto es un claro recordatorio de los riesgos inherentes a este tipo de pruebas.
A falta de un parte médico definitivo, la incertidumbre se instala en su calendario. El Tour de Francia comienza en apenas cinco semanas, y cualquier retraso en la recuperación podría condicionar su rendimiento, en un año donde sus aspiraciones deportivas eran altas tanto en ruta como en el MTB. El calendario de Van der Poel, siempre ambicioso y con múltiples frentes abiertos, podría necesitar una reestructuración importante si los pronósticos médicos no son favorables.