Conseguir una medalla olímpica es el sueño de cualquier deportista profesional, un hito que premia el esfuerzo diario hasta alcanzar la mayor gloria en el deporte. El diseño de las medallas de los JJ.OO. de Tokio 2020 refleja precisamente este concepto: el de que para alcanzar la gloria, los atletas tienen que esforzarse diariamente por la victoria.
Las medallas olímpicas de Tokio 2020 cuentan con un diseño que simboliza la diversidad y representa un mundo en el que se honra a las personas que compiten en el deporte y trabajan duro. Las medallas recogen y reflejan una miríada de patrones de luz que simbolizan la energía de los atletas y de quienes los apoyan, mientras que el reflejo de sus metales son el cálido resplandor de la amistad representada por personas de todo el mundo que se toman de la mano.
El reglamento del Comité Olímpico Internacional estipula que el diseño del anverso de la medalla debe incluir tres elementos obligatorios: Nike, la diosa griega de la victoria, delante del estadio Panathinaikos; el nombre oficial de los respectivos Juegos, en este caso Juegos de la XXXII Olimpiada Tokio 2020; y finalmente el símbolo de los cinco anillos olímpicos.
Con el fin de crear una gama de diseños entre los que elegir, Tokio 2020 organizó un concurso abierto a diseñadores profesionales y estudiantes de diseño que atrajo a más de 400 participantes. De este concurso salió un ganador, Junichi Kawanishi, que ha sido el encargado de dar vida a las medallas de oro, plata y bronce que recibirán los ganadores en las diferentes disciplinas olímpicas de los Juegos.
Todas las medallas que se repartirán en Tokio 2020 tienen un diámetro de 85 milímetros, con un grosor mínimo de 7.7 mm y un grosor máximo de 12.1 mm. El peso de las medallas es de 556 gramos para la de oro, 550 gramos para la de plata y 450 gramos para la de bronce, con un baño de 6 gramos de oro y núcleo de plata para la medalla más deseada, una composición de plata al 100% para la segunda y una aleación del 95% de cobre y 5% de zinc para la de bronce.