Amaury Pierron, ganador de la Copa del Mundo de Descenso de 2022, no va a poder defender su título esta temporada. Y es que en la primera ronda del campeonato que se celebró en Lenzerheide, el piloto francés sufrió una dura caída durante los entrenamientos oficiales y a pesar de ser atendido por los servicios médicos presentes en el circuito, no fueron capaces de detectar que se había fracturado una vértebra cervical.
Corrió la manga clasificatoria con una vértebra rota
La buena suerte quiso que, incluso con una vértebra fracturada, Amaury Pierron terminase la manga de calificación antes de la final. Pero ya el domingo, el propio piloto, que notaba que algo no estaba bien, decidió acudir por su cuenta al hospital para descubrir que, efectivamente, tenía la vértebra C5 fracturada.
¿Que hubiese pasado si esta vértebra rota no se mantiene estable durante la manga clasificatoria de Pierron? Nada bueno, eso seguro. El piloto ha mostrado su descontento e indignación en las redes sociales, poniendo de manifiesto la falta de seguridad en las pruebas de la Copa del Mundo de Mountain Bike.
Nuestro deporte está creciendo aparentemente. Más dinero (no sé para quién), más televisión, más carreras y pistas más rápidas. Pero no más seguridad. Y ni un solo médico que trabaje para la organización, lo que significa que nadie tiene la capacidad de prohibir a un ciclista correr. Porque el dolor no detendrá a un corredor. Nada detendrá a un corredor excepto un médico
, señala Pierron.
Y es que tal y como Pierron denuncia, por el momento no hay ningún plan oficial para controlar las posibles lesiones que sufren los ciclistas que tienen algún tipo de accidente en una Copa del Mundo. Sobra decir que en la modalidad de Descenso, las caídas están a la orden del día, y a no ser que se una lesión muy visible, la organización no cuenta con el equipamiento necesario para detectar fracturas o conmociones.
Otra queja de Pierron es el estado de las pistas de Descenso, cada vez más rápidas, pero también con zonas B no del todo seguras en casa de salida de la trazada. Honestamente, no fue un gran accidente, pero tuve la mala suerte de romper mi vértebra C5. Mala suerte de aterrizar de cabeza en un tocón y una roca justo al lado de la pista. Fue mi culpa chocar, pero ¿podría haberse evitado con una zona B limpia tal vez? Nunca lo sabremos...
, concluye Pierron.