Cuando nuestra afición al Mountain Bike crece y crece, es inevitable que tarde o temprano acudamos a nuestra primera competición o carrera seria. Normalmente, las personas que practican ciclismo de montaña pero no compiten, salen dos o tres días a la semana a entrenar con la bicicleta, algo muy diferente a lo que hacen los verdaderos ciclistas de élite que entrenan a diario y preparan las competiciones de manera profesional, con entrenamientos específicos, dietas especiales e incluso bicicletas preparadas para esos entrenamientos en concreto.
No nos engañemos. Los ciclistas de montaña normales que no solemos competir somos guerreros de fin de semana, en el verdadero sentido de la palabra. Hay muchos corredores que tienen patrocinadores, con el mejor equipamiento posible y las bicicletas más ligeras y avanzadas del momento. Pero también hay tantos otros como nosotros que solo buscan superarse un poco más, gracias al espíritu competitivo que fluye por nuestras venas y que tarde o temprano nos lleva a la linea de salida de nuestra primera competición sobre las dos ruedas.
Cómo preparar la primera competición
Los corredores más experimentados tienen un programa de entrenamiento específico para cada competición, que termina justo en el momento en que comienza la carrera. Como guerreros de fin de semana que somos, no necesitamos entrenamientos específicos para tal o cual competición, pero tampoco debemos olvidar que debemos planificar al menos un par de cosas en la semana previa a nuestra primera carrera para asegurarnos de que nuestras piernas no nos van a fallar.
Tenemos que evitar que nuestra primera carrera se convierta en una tragedia, y para ello tenemos algunos consejos que nos ayudarán a disfrutar de nuestra primera competición y pasarlo realmente bien. La semana previa a nuestra primera carrera o competición:
- 1. Rompe tus piernas… una semana antes. La semana previa a la competición (aproximadamente 7 días antes), debemos realizar una ruta o salida con nuestra bicicleta lo más larga y dura posible. Lo ideal es efectuar un entrenamiento intenso, de esos que hacen que te duelan las piernas durante los días siguientes, para comprobar realmente nuestro estado físico y por supuesto, forzar un poco más nuestras piernas. Cuando se realizan ejercicios muy intensos, las fibras y tejidos musculares se rompen a nivel microscópico, para luego regenerarse nuevamente dando lugar a fibras y tejidos más grandes y resistentes. La idea es llegar a nuestra primera competición con las piernas frescas y no en fase de recuperación, por lo que debemos asegurarnos de que este entrenamiento previo tan intenso ocurra entre 7 u 8 días antes de la carrera.
- 2. Durante la semana, salidas muy suaves. Ya hemos realizado la salida más dura, y tenemos las piernas doloridas e inflamadas. Con el único fin de recuperar los tejidos musculares de las piernas y evitar que éstas se duerman, podemos realizar un par de salidas durante la semana previa a la competición. Por ejemplo, podemos salir el martes forzando un poco más nuestras maltratadas extremidades, pero no tanto como para romper las piernas nuevamente. De esta manera conseguiremos aumentar el riego sanguíneo y eliminar los residuos metabólicos que puedan quedar debido al ejercicio intenso previo. Y nuestra segunda y última salida la podemos realizar el jueves, rodando con desarrollos muy suaves con la única intención de refrescar y mover las piernas para mantenerlas activas y seguir acelerando la recuperación muscular. De esta manera, llegaremos a nuestra primera competición con las piernas preparadas para ello.
- 3. Duerme, duerme más y después, duerme un poco más. En los días previos a nuestra primera competición, lo mejor es asegurarse de dormir lo máximo posible. Nuestro cuerpo se regenera y recupera mejor durante el sueño, y es de vital importancia dormir lo máximo posible para asegurarnos de que nuestras piernas están completamente recuperadas para la carrera. Tenemos que dormir nuestras 8 horas durante todas las noches y, a ser posible, aprovechar alguna que otra siestecita durante el día.
- 4. Hidratación y nutrición, la clave del éxito. Durante la semana previa a nuestra primera competición, debemos hidratarnos correctamente y comer muchas proteínas y carbohidratos. Los beneficios de una buena alimentación llevan su tiempo, y debemos empezar a consumir más proteínas e hidratos de carbono durante, al menos, siete u ocho días antes de la carrera. Para la noche antes de la competición, lo más efectivo es un buen plato de pasta o arroz hervido con pollo a la plancha, acompañado de mucha agua. También debemos asegurarnos de tomar un buen desayuno por la mañana, y de mantener la hidratación de nuestro cuerpo al máximo nivel posible. Tenemos que mantenernos hidratados al 100% en la línea de salida, ya que durante la carrera todo el líquido que consumamos irá destinado únicamente a reponer lo que vamos expulsando a través del sudor. Si la carrera es muy larga, deberemos hacer uso de barritas, bebidas de recuperación isotónicas, geles energéticos y zumos de fruta, a elección de cada uno de nosotros según nuestras propias preferencias.
- 5. Ajusta y prepara tu bicicleta al detalle. Puede resultar una verdadera frustración para nosotros el no poder terminar la carrera o competición por algún problema técnico sin importancia. Debemos verificar nuestra bicicleta completamente, comprobar el funcionamiento de los cambios, los frenos y la suspensión, y hacer los ajustes necesarios. Mención aparte merecen los neumáticos, que deberemos verificar minuciosamente e inflar a la presión que consideremos más adecuada para nosotros. Puesto que no somos profesionales de la competición, está bastante claro que no rodaremos con una de las bicicletas más ligeras de la carrera, pero no está de más aprovechar la ocasión para montar unas cubiertas y cámaras nuevas más ligeras, por ejemplo. Otra opción muy recomendable es optar por la flamante bicicleta de nuestro amigo, más ligera y preparada, si es posible y tenemos dinero después para invitar a nuestro amigo a una buena cena.
- 6. Busca amigos que también vayan a competir. Una de las maneras más divertidas de disfrutar de nuestra primera competición es siendo acompañado por uno o más amigos/as que también estén en la carrera. Siempre es mejor tener personas cerca a las que conoces que otras desconocidas que lo único que querrán es dejarte atrás lo antes posible. Aunque está claro que en una carrera la competitividad se respira en el aire, tener personas conocidas alrededor nuestro nos ayudará a rendir más y mejor que haciéndolo solo. Por supuesto, las bromas, las risas, las caras de sufrimiento y los enfados, las escapadas o las caídas, quedarán siempre en el recuerdo de todos y cada uno de los amigos que vayan a competir en una misma carrera.
- 7. Durante la carrera, concentración y paz interior. Llegado el momento de pasar la línea de salida, solamente nos queda disfrutar de la experiencia e intentar acabar la carrera en la mejor forma posible. Hay que evitar la explosión de adrenalina del comienzo, cuando todos los corredores arrancan a tope. También tenemos que evitar mantenernos al frente de la carrera, con los corredores más experimentados e incluso profesionales apretando fuerte. Se trata de encontrar nuestro propio ritmo, escuchando nuestro cuerpo y manteniendo una intensidad más o menos estable. Puede ser que al final nos sorprendamos viendo como adelantamos a muchos de aquellos corredores que salieron como una bala al principio de la carrera. Manteniendo la concentración, lograremos terminar nuestra primera carrera con éxito.