La gran mayoría de fabricantes de automóviles saben muy bien que el futuro pasa por crear vehículos eléctricos de uso personal, con las bicicletas como buque insignia de la movilidad. Prácticamente todos los grandes fabricantes de la industria del motor se han puesto manos a la obra para crear sus propias bicis eléctricas, entre ellos Škoda y su curioso prototipo urbano que podría hacerse realidad en un futuro próximo.
Bautizado como Škoda Klement, el fabricante checo presentará en el Salón de Ginebra un prototipo de bicicleta eléctrica bastante alejado de los estándares habituales. Se trata de un vehículo de dos ruedas conceptual dirigido a personas jóvenes que busquen una alternativa al coche, aunque más rápido, divertido y fácil de usar que una bicicleta convencional.
El Škoda Klement es básicamente un vehículo eléctrico urbano a medio camino entre una bicicleta y un hoverboard. Dispone de dos ruedas, manillar y sillín como las bicis, pero en lugar de pedales cuenta con dos plataformas pivotantes que se inclinan hacia delante o hacia atrás para acelerar y frenar un motor eléctrico de 4 kW instalado en el buje de la rueda trasera capaz de empujar hasta los 45 km/h.
El prototipo presentado por la marca checa no solo presume de un diseño innovador, también de las tecnologías más punteras. Según Škoda, el vehículo incluiría un freno delantero hidráulico con ABS, un sistema de recuperación de la energía de frenada, un sistema de luces LED integrado en el chasis, dos baterías de iones de litio con una capacidad total de 1.250 Wh y múltiples soluciones de conectividad inteligente, tales como llamada de emergencia automática o diagnóstico y mantenimiento remoto.