Gustav Gullholm, más conocido como Dangerholm, ha presentado su más reciente obra: la Scott Solace Wasteland, una bicicleta eléctrica de gravel inspirada en la estética de Mad Max. El diseñador, reconocido por sus creaciones únicas y personalizadas, ha llevado el concepto de diseño extremo a otro nivel, fusionando arte y funcionalidad en un proyecto que sorprende por su originalidad.
La base de esta creación es la Scott Solace Gravel eRIDE, una bicicleta que ya destaca por su rendimiento técnico. Dangerholm la ha transformado por completo, incorporando un tubo adicional en el cuadro al más puro estilo Klunker y una placa protectora personalizada para la unidad de transmisión, junto con detalles de acero que evocan el desgaste y la rudeza de un entorno posapocalíptico.
La horquilla personalizada, fabricada en acero y decorada con monedas en los extremos, es uno de los elementos más llamativos. Además, la bicicleta cuenta con un acabado especial que permite que la pintura se oxide con el tiempo, gracias a la inclusión de polvo de hierro. Este proceso natural le otorga un aspecto envejecido que se renueva con cada exposición al aire húmedo, reforzando su carácter único.
En términos de rendimiento, la Scott Solace Wasteland conserva el sistema de transmisión TQ HPR50, con 50 Nm de par y una batería de 360 Wh. Esto asegura una experiencia de conducción potente y fluida, ideal para los amantes del gravel que buscan combinar estilo y eficiencia. Los frenos de disco con diseño tipo sierra, aunque plenamente funcionales, refuerzan el enfoque estético, priorizando el impacto visual.
Otros detalles adicionales incluyen un portabidón King Cage adaptado para sujetar una cantimplora Stanley, un sillín Brooks England de cuero envejecido y placas deslizantes en los raíles del asiento. Estos elementos complementan la estética general de la bici al tiempo que garantizan funcionalidad y comodidad en cualquier terreno.
La Scott Solace Wasteland es, además de una bicicleta eléctrica muy singular, toda una declaración de creatividad, diseño y pasión. Dangerholm ha logrado crear una pieza que combina el arte de la personalización con un rendimiento a prueba del fin del mundo, haciendo de esta bicicleta una opción digna de ser estar en cualquier museo (o película de Mad Max).