Dice una popular y conocida expresión que 'lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas', siendo dicha afirmación perfectamente aplicable a lo publicado en las redes sociales. No es ningún secreto que la privacidad de las personas se ve seriamente asaltada a través de herramientas como Facebook o Instagram, más teniendo en cuenta que ambas plataformas permiten a millones de usuarios acceder a fotos y vídeos de otros si no se toman las medidas adecuadas. ¿La ventaja? Que siempre hay personajes que, dada las pocas luces de su cabeza, pueden ser perfectamente denunciados gracias a las torpes publicaciones que realizan en las redes mencionadas.
Es el caso de César Sáenz de Santa María, un claro ejemplo de que la torpeza humana no tiene límites. El individuo en cuestión no ha tenido mejor idea que coger una bicicleta pública del servicio municipal MUyBICI de Murcia (España) y tirarla por un puente al río Segura mientras los amigos de turno grababan en vídeo el acto vandálico. Dejando de lado las razones que lo han motivado (principalmente, un nivel de inteligencia demasiado bajo y una educación vergonzosa), el protagonista completó la hazaña publicando, en su propio perfil de Instagram, el vídeo de la fechoría.
La respuesta por parte de otros usuarios de las redes sociales no se hecho esperar. Ni cortos ni perezosos, han copiado el vídeo y publicado en sus propios perfiles sabiendo que, más tarde que pronto, el vándalo iba a exprimir un poco más sus neuronas y borrar el vídeo acusador. Pese a ello, las denuncias realizadas por estos otros usuarios han llegado hasta la Policía Local de Murcia, que sin apenas esfuerzo y con todas las pruebas necesarias caídas del cielo, ha iniciado las gestiones oportunas para denunciar y castigar al maltratador de bicicletas. Tonto no, lo siguiente.